¿SE
SOSTIENE LA MOVILIDAD?
¿Es sostenible la movilidad en
nuestras ciudades, hoy día y en el futuro?
Además, de la preocupación de
intereses del ser humano y su entorno… ¿Existen intereses económicos, que hacen
que se ralentice la puesta en marcha de medidas?
Movilidad
sostenible es un concepto nacido de la preocupación por los problemas
medioambientales y sociales ocasionados por la generalización, durante la
segunda mitad del siglo XX, de un modelo de transporte urbano basado en el
coche particular. Los inconvenientes de este modelo, entre los que destacan la
contaminación del aire, el consumo excesivo de energía, los efectos sobre la
salud de la población o la saturación de las vías de circulación, han provocado
una voluntad colectiva por encontrar alternativas que ayuden a paliar los
efectos negativos de este modelo y a idear un nuevo modelo de ciudad
sostenible.
Entre las medidas que se han
puesto en marcha para paliar este problema, está:
desplazarse a pie, en
bicicleta o en transporte público en lugar de en coche siempre que sea posible,
compartir un coche entre varios compañeros para acudir al trabajo, desde el
punto de vista tecnológico, se está trabajando en sustituir los vehículos
contaminantes por vehículos limpios:
los vehículos eléctricos a
batería, los híbridos o los vehículos eléctricos impulsados con pila de
combustible de hidrógeno entre otros.
Es evidente, que, si entre
todos no le damos solución al problema, todos saldremos perdiendo, está en
juego, nuestra salud; por eso todos los esfuerzos a minimizar la situación son
bienvenidos.
Y volvemos a entrar en la
parte cívica de la situación. Si tenemos un buen servicio público de
transporte, hagamos uso de él, si podemos ir al trabajo andando o en bicicleta,
su salud se lo agradecerá. tenemos que poner de nuestra parte. Al igual, que
los Departamentos de Movilidad de los Ayuntamientos y demás instituciones,
ellos tendrán que instrumentar las medidas necesarias para que podamos utilizar
el transporte público, la bicicleta o cualquier otro medio que podamos utilizar
para desplazarnos. Las administraciones, deberán premiar a aquellos ciudadanos
que deje el coche en casa, o Adquira vehículos no contaminantes, y las empresas
automovilísticas, tenderán a ponerse las pilas, para crear vehículos, no
contaminantes y a precios asequible. No nos olvidemos de las infraestructuras
para que este tipo de vehículos puedan recargarse. En definitiva, es un
problema que entre todos tendremos
que darle solución.
CONCLUSIÓN:
Las políticas para potenciar
una movilidad sostenible deben contemplar varios objetivos:
- configurar un modelo de transporte más
eficiente para mejorar la competitividad del sistema productivo.
- mejorar la integración social de los ciudadanos
aportando una accesibilidad más universal.
- ·
incrementar la calidad de vida de los
ciudadanos.
- no comprometer las condiciones de salud de los
ciudadanos.
- aportar más seguridad en los desplazamientos.
El
catálogo de políticas públicas que cabría desarrollar para lograr los objetivos
dibujados en el escenario de eficiencia en la movilidad es muy amplio. Algunas
propuestas válidas, como:
Planificación
y diseño urbanístico favorable a la movilidad sostenible. Las
ciudades deben dar una prioridad a un diseño urbanístico que favorezca los
modos no motorizados.
Fiscalidad
favorable al uso de la eco-movilidad. Los modos de transporte
público, bicicleta, automóvil compartido -en la modalidad de car-pool y
car-sharing-, deberían disfrutar de deducciones fiscales.
Cambio
en los modelos tarifarios del transporte público.
Deben crearse, asimismo, abonos con esta periodicidad y con tarifa plana para
moverse por toda una CCAA. Electrificación
del transporte público urbano, bien con la construcción de redes de
tranvía, bien por el cambio de flotas de autobuses de motor de explosión por
otros híbridos.
Cambio
en la prioridad de las inversiones del transporte interurbano.
España es ya el que dispone en este capítulo de la mejor dotación por
habitante.
Dentro
de la ciudad la prioridad debe ser la gestión y la pacificación del tráfico y no
la construcción de túneles, atajos o aumentos de capacidad en viario para
coches. La misma pacificación llevará al crecimiento de los modos sostenible no
motorizados, en bicicleta y a pie.
Debe
iniciarse la tasación del combustible del transporte aéreo hasta
situarla, en un plazo de cinco años, en el mismo nivel impositivo por impuestos
especiales que tienen ahora los combustibles del transporte convencional por
carretera.
Cambios
en el enfoque institucional para gestionar la movilidad. Un
cambio muy claro sería, por ejemplo, la transformación del Ministerio de
Fomento en un Ministerio de Movilidad y Transportes, o de Transportes y
Energía.
Aprobación
de un marco normativo básico que regule la movilidad, El
gran crecimiento que el escenario de eficiencia energética otorga al transporte
público no se podrá abordar sin un nuevo marco financiero que lo haga posible.
Proyección
vial a futuro, la planeación de las infraestructuras urbana
tiene que proyectarse a la posterioridad dependiendo el crecimiento poblacional
de un determinado sitio.
Promoción
del uso compartido del automóvil mediante leyes que
establezcan las pautas de transparencia y eficiencia energética y que no
suponga competencia desleal respecto a sectores del transporte público de
viajeros.
Cualquier aportación que cada
uno de nosotros podamos hacer a este ideario, creo que será útil para que el
día a día en el desplazamiento por nuestras ciudades no sea, insano,
cogestionado y estresante. Pensemos en el futuro de nuestros hijos y hagamos
posible un ambiente más limpio para todos.
Familia, buen fin de semana.
Pepe Bejarano.