¿De verdad necesitamos tantas normas
de tráfico?
Es
verdad que las sensaciones que uno tiene de las cosas que pasan en tu vida son
las que te marcan en la forma de pensar y de sentir, es cierto que nos movemos
en un mundo de normas, de reglamentación y de imperativos legales.
Pero
no debería ser prioritario el respeto y la educación, se llama vial en este
campo, pero es simplemente educación.
Circulaba
el otro día en mi motocicleta, y en una avenida grande de Sevilla con varios
carriles, pero con el carril derecho ocupado con una doble fila intermitente,
no me quedaba más remedio que circular por el carril izquierdo, si no quería
estar jugándome la vida, os recuerdo mi post de UN DÍA MAS y circulando a una velocidad
legal, y justo detrás de un vehículo en pleno cruce decide parar para girar a
su izquierda (partimos de la base que era un semáforo con una enrome señal
sobre el semáforo de prohibido girar a al izquierda, pero en realidad daría
igual si no estuviera la señal), es evidente que tuve que frenar y maniobrar
como puede para evitar
chocar la parte trasera del mismo (obviamente por que
respetaba la velocidad, pero también la distancia de seguridad) pero el susto
MAYUSCULO me lo llevé.
No
quiero con esto, centrarme en el motorista que lo soy, básicamente ya sólo para
trabajar y poder llegar a los sitios a tiempo, sin tener luego que aparcar en
doble fila o evitarme las multas por mal aparcamiento, si no que si lo
trasladamos al coche, hubiera sido peor, pues hubiera sido inevitable el
choque, incluso con velocidad medida y distancia de seguridad correcta, ya que
el imprevisto, la menor movilidad del coche
y el “me acabo de acordar que mejor entrar por aquí a donde voy…” no es
previsible ni por el mejor de los “médium”.
Porque
insisto en esto tanto, pues sencillo, aquí es indiferente que luego pueda ir a
un abogado, compañero mío que me proteja frente a una increíble imprudencia
penal que me ha ocasionado en el mejor de los casos unas mínimas lesiones,
pudiendo ser graves e incluso mortales, y que más tarde o más temprano una
compañía de seguros me indemnice con el paso del tiempo, me es también
indiferente que en el carril de enfrente existiera un coche de la policía local
y le multara por una imprudencia grave con motivo de la circulación y le
sancionaran con mínimo 300€ y le retirarán 5 puntos del permiso de conducir,
todo eso es indiferente, lo diferente es DARNOS CUENTA QUE NO VAMOS SOLOS, que
la circulación es un ejercicio de educación, respeto y podemos hacer daño a los
demás y a nosotros mismos, hasta que no nos demos cuenta de esto, solo nos
quedará el tan manido “…hombre no te ha pasado ná, no te he visto…”
Narices¡¡¡¡¡¡ claro que no me has visto, pero ese es el problema, es que al
conducir los sentidos tienen que estar al 100% y si es posible más ¡¡¡ mejor.
No nos podemos permitir NO VERLO.
Las
normas están bien, pero la conciencia de lo que significa conducir y el riesgo
que tenemos y provocamos sólo con entrar en una máquina de más de 1.000 Kilos,
debería ser puesto en valor y ¿provocar TERROR?