LA VERDAD, TODA LA VERDAD…
Mes de junio de hace dos años.
Dos de la tarde, con un sol de justicia. Iba con mi coche a 50 metros de la
entrada del aparcamiento en superficie de mi casa. El climatizador del coche
estaba a 18 grados, fuera hacía unos 37º centígrados.
Recuerdo minutos antes como en
la autovía el asfalto dibujaba figuras inconexas en un horizonte cercano, antesala de una canícula por llegar.
Mi esposa me acompañaba en ese
desplazamiento, ella me recordó que teníamos que comprar el pan para el
almuerzo.
Por lo que pensé que, en vez
de entrar en el aparcamiento de casa, dejar fuera el coche apenas a unos metros
de distancia de la entrada del aparcamiento, estacioné mi vehículo y fuimos a
una tienda cerca de casa especialista en la
venta de panes.