Casi seis de cada diez (un 59,3%) de los conductores que han recibido cursos de rehabilitación reconocen haber reincidido en al menos una ocasión durante los dos años siguientes, según un estudio del CEJFE.
El informe del Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada de la Generalitat (CEJFE), realizado a 278 infractores dos años después de su paso por los cursos de rehabilitación,analiza la eficacia de estos programas y sugiere la necesidad de diseñar estos cursos de manera personalizada, además decomplementarlos con terapia psicológica.
El 59,3% de los encuestados ha reconocido haber incurrido en al menos una infracción contra la seguridad vial, la mayoría por conducir por encima de los límites de velocidad (20,4%) y por utilizar sus vehículos bajo los efectos del alcohol (18,5%).
Sin embargo, sólo un 8,2% de los automovilistas fueron imputados por un nueva infracción de los códigos de seguridad vial a lo largo de los dos años posteriores a la realización de estos cursos, de los que casi la mitad (un 46,3%) recibieron multas (por infracciones en la conducción, de estacionamiento) y un 20,8% se pusieron al volante bajo la influencia del alcohol.
Dejando a un lado las cifras, la principal conclusión del estudio es que los cursos de formación no son lo suficientemente eficaces, y deberían ser personalizados, diseñados en función del perfil del conductor, porque, tal y como se imparten hoy, “ no hacen posible que el cambio favorable en el estilo de conducción llegue a todoslos participantes".
El informe sugiere que, para convertir los cursos en más rentables, "se haga especial énfasis en aquellos aspectos de la conducción en que los infractores muestran un mayor riesgo de reincidir".
El documento del CEJFE señala:"es positivo para los usuarios que no presentan problemas relacionados con su estado psicológico", pero los que sufren algún desequilibrio mental deberían combinar el programa de formación con otras intervenciones o tratamientos personalizados que mejoren su eficacia.
En lo que respecta a los conductores con problemas con el alcohol, el estudio propone que se les someta a "una intervención motivadora para facilitar su concienciación" y un tratamiento a su adicción,como se hace en otros países de Europa y América del Norte.
En el caso de que estos conductores económicamente dependan del automóvil, los autores recomiendan aplicarles en su vehículo un"alcohol lock", dispositivo que analiza el aliento del conductor e impide que el coche se ponga en marcha cuando la concentración de alcohol en la sangre del conductor es elevada.
En opinión de los investigadores, ese mecanismo resulta "especialmente útil en el caso de los conductores que trabajan como comerciales, pero se deben utilizar solamente en combinación con tratamientos dirigidos a resolver el problema del consumo de alcohol".
Los responsables de este informe, Ed Hilterman y Roger Mancho,recuerdan también que investigaciones anteriores han demostrado que"la respuesta penal dirigida a la rehabilitación es más efectiva y económica en comparación con la respuesta punitiva al problema de conducir bajo el efecto del alcohol".
El estudio extrae también otra importante conclusión a partir del contraste entre las respuestas de los entrevistados -un 59,6 % confesaron haber cometido nuevas infracciones tras el curso- y los datos extraídos del Departamento de Justicia sobre su índice de reincidencia.
Y es que la diferencia entre las infracciones confesadas y aquellas denunciadas por la policía revelan, según el estudio, “la baja posibilidad de ser detectado por un delito contra la seguridad del tráfico” en Cataluña, especialmente teniendo en cuenta que los entrevistados tienden "de manera sistemática y general a una subpuntuación" en los cuestionarios sobre sus infracciones al volante.