El primer gesto al entrar en
el coche es ponerme el cinturón de seguridad, después, poner la radio. Son “tics”
instintivos que nos acercan a nuestra realidad. Deformación profesional,
interés porque alguna voz me acompañe durante mis desplazamientos, o sentirme
menos solo en la jungla de asfalto.
Sin duda, realizamos más
movimientos antes de poner la primera marcha y comenzar a andar: quitar el
parasol, comprobar si está conectado el móvil al manos libres, comprobar los
espejos exteriores y, aquí por el sur, poner el climatizador del coche. Otros,
ponen el CD, quitan una mota de polvo del salpicadero. Podemos, como si
fuéramos pilotos de avión, comprobar nuestro listado protocolario de funciones
del automóvil antes de ponernos en marcha. Pero lo que nunca podemos hacer, es
realizar estas funciones mientas estamos conduciendo.
Alguna vez, les he indicado
que realicen un ejercicio que sin querer observamos, sobre todo cuando estamos
detenido en un semáforo: mirar a un lado y a otro y poner atención a lo que en
ese momento están haciendo los demás conductores. Podríamos rellenar varios
folios con nuestras observaciones, pero mientras el vehículo esté detenido,
casi todo vale. Sin embargo, sería distinto, si estas particularidades las
realizáramos cuando vamos conduciendo, algo que muchos conductores hacen
frecuentemente, dado que la mayoría de los accidentes se producen por
distracciones: hablar por el móvil, sintonizar la radio, coger algo de la
guantera, fumar, manipular el navegador, etc.
CONCLUSIONES:
Un cambio de rasante, una
velocidad inadecuada, una calle donde hay paso de peatones, semáforos, densidad
de circulación. Miles de circunstancias hacen que no perdamos el control de
nuestros sentidos mientras estamos conduciendo. Son muchos los vehículos que
circulan por las carreteras o por la ciudad al mismo tiempo, y una imprudencia
puede ser fatal.
En carretera, mientras
hacemos desplazamientos largos, es fácil que podamos perder la atención. No
guardar la distancia de seguridad y una distracción al volante es accidente
seguro.
En los circuitos urbanos,
las distracciones son una apuesta segura entre los alcances.
No agudizar nuestros sentidos en una caravana, tiene premio. Soy, además, de la
opinión que, con el tiempo, el conductor responsable va adquiriendo otro
sentido que es la suma de los ya conocidos y, con el sentido metafísico, el de la
prevención. Sabemos que si vemos en la calzada una pelota, detrás viene un
niño; entendemos que una luz de marcha atrás nos indica que no siempre el
conductor que va a realizar la maniobra espera a que pasen los vehículos con
prioridad. Infinidad de situaciones que se dan día a día nos recomiendan que
antes de iniciar la marcha realicemos todas las funciones que no deberíamos de
hacer mientras el coche está en movimiento y, en último caso, esperar a que el
coche esté detenido para realizarlas.
Aun atendiendo a mis
consejos, no pierdan la mirada a todo cuanto ocurre a su alrededor mientras
conducen, siempre, pueden llevarse una SORPRESA.
Familia, mis mejores deseos,
y espero que las sorpresas sean para bien. Buen fin de semana.
Pepe Bejarano.