Y LLEGÓ SEPTIEMBRE
Y volvemos a encontrarnos con
el jefe en la oficina, con los compañeros que estuvieron disfrutando del mes de
agosto de vacaciones, ¡vamos! la vida vuelve a su cauce: las grandes caravanas
por la mañana temprano, y a mediodía, la dificultad para encontrar
estacionamiento, y los grandes problemas que genera la gran densidad de
tráfico en las grandes ciudades.
Ahora, tenemos que volver a
olvidarnos rápidamente de la brisa de la playa mientras leíamos ese libro en
una hamaca debajo de una sombrilla. Volvemos a la locura diaria, al sonido de
la jungla, a los malos modos, a las prisas, al que llega tarde ¡como siempre! y
se convierte en el rey/reina de la carretera. A todo eso y mucho más.
Menos mal, que septiembre es
como ese mes de transición entre el verano y el otoño, donde algunos aprovechan
estas fechas para veranear con la familia, más tranquilo, con menos calor y
algo más barato. En definitiva, que todavía queda algún rezagado en el trabajo.
Y a esos, en las calles van dejando su huella de ausencia. Pero, esa transición
dura poco. Cuando los colegios se vayan desperezando de su hibernación
veraniega, ahí estaremos todos, y volveremos a la carga; coches en doble y
tripe fila, todos saliendo a la misma hora de casa…en definitiva volvemos a la
cotidianeidad, a lo que ya se nos había olvidado y volvemos a darnos de bruces.
Eso sí, volvemos con las pilas cargadas y eso se nota.
Pero, no solo nosotros
sufrimos el síndrome postvacacional
el coche también lo sufre por
nuestra culpa.
Al igual, que nosotros traemos
arena de la playa en los zapatos, el maletero del coche es prácticamente un
desierto con sus dunas. Esto significa que antes de salir, responsablemente
tuvimos que hacerle su revisión correspondiente, a la vuelta, hay que darle
otro repasito, no solo de limpieza, sino por nuestra seguridad, repasar los
neumáticos, observa los niveles, en definitiva, dejarlo de nuevo niquelado para
afrontar otra nueva estación.
CONCLUSIÓN:
Sin duda para que el síndrome
postvacacional no nos afecte, tendremos que tomar de nuevo las riendas de
nuestra propia vida al volante:
PROCURAR DESCANSAR:
Después de tantas fiestas y de
acostarnos muy tarde durante de las vacaciones, hay que dormir lo suficiente,
para ponernos una mañana más al volante con toda seguridad. De esta forma, no
nos dormiremos al volante y afrontaremos el día con energía.
POSTURA CORRECTA ASIENTO
COCHE:
La espalda bien apoyada en el
respaldo, brazos estirados hacia el volante (al colocarte las muñecas deben
apoyar en la parte superior de éste) y piernas casi estiradas, pero sin encajar
la rodilla. Ajusta la altura y distancia del asiento y el volante de tal manera
que consigas una postura cómoda y con buena visibilidad.
CUIDADO CON LOS EXCESOS
Es recomendable mantener el
habitáculo bien refrigerado (baja de vez en cuando las ventanillas para que
entre aire fresco), bebe bastante agua y antes de ponerte al volante consume
comidas ligeras. ¡No a los atracones!
LAS PRISAS NUNCA SON BUENAS
Procure salir con tiempo de
casa. Tomarse la conducción con tranquilidad, hay veces que no somos
responsable a la hora de llegar tarde algún lugar. Si no depende de nosotros,
alterarse no tiene sentido. Es mejor tomarse la cosa con tranquilidad y
llevarlo lo mejor que se pueda. Programar nuestros desplazamientos es
interesante.
LAS NORMAS ESTAN PARA
CUMPLIRLAS
Unos por excesos y otros por
defecto. O no se acuerdan o no se quieren enterar. Hagan caso en todo momento a
las normas de tráfico, es la única manera de que todo vaya mejor, y, además,
estaremos evitando un accidente.
Así que, volver a empezar…
¡gracias a dios! A los que se fueron de vacaciones y ya ni se acuerdan, a los
que acaban de llegar, a los que acaban de irse, a los que todavía no se ha ido
y ni se irán, a todos desde TODOMOTOR, os deseamos todo lo mejor en esta nueva
temporada, y que la suerte os acompañe.
Pepe Bejarano