Los combustibles sintéticos o
neutros en carbono, cuyo proceso de fabricación captura de dióxido de carbono
(CO2), empleados en vehículos de combustión podrían contribuir a limitar el
calentamiento global y ahorrar hasta 2,8 gigatoneladas de CO2 en Europa hasta
2050, según un estudio de Bosch.
Este tipo de combustibles capturan este gas de efecto invernadero en el proceso de fabricación convirtiéndolo en materia prima. A partir de esta se puede producir gasolina, diésel y un sustituto del gas natural con la ayuda de electricidad procedente de fuentes de energía renovable.
Según los expertos del grupo
alemán, el uso de estos combustibles empleados como complemento a la
electrificación podría ahorrar hasta 2,8 gigatoneladas de CO2 en Europa, es
decir, el equivalente a tres veces las emisiones de dióxido de carbono que
Alemania produjo en 2016.
El presidente del consejo de
administración de Robert Bosch, Volkmar Denner, asegura que los combustibles
sintéticos pueden hacer que los vehículos de gasolina y diésel sean
"neutros en carbono" y, por lo tanto, que contribuyan
"significativamente" a limitar el calentamiento global. Para ello,
será necesario el apoyo gubernamental a la hora de imponer el uso de este
combustible a través de iniciativas como la alemana 'Energías alternativas en
el transporte'.
Para alcanzar los objetivos
climáticos fijados en la conferencia de París, las emisiones mundiales de CO2
procedentes del tráfico tendrán que reducirse en un 50% en las próximas cuatro
décadas. Para Denner, alcanzar estos objetivos requiere de otras soluciones
"inteligentes" más allá de la electromovilidad, ya que incluso si
todos los coches llegaran a ser eléctricos, los aviones, los barcos, e incluso
los vehículos pesados seguirían funcionando con combustible.
Los combustibles sintéticos,
además, se pueden diseñar para la combustión sin apenas hollín con lo que
reduciría el coste del tratamiento de los gases de escape. Los motores de
combustión neutros en carbono, que emplean estos combustibles,
"representan", según Bosch, un camino "muy prometedor" a
explorar. El precio del combustible en sí, excluyendo los impuestos especiales,
podría rondar, a largo plazo, entre 1,00 y 1,40 euros por litro, según sugieren
los actuales estudios.
Otra ventaja
"crucial" es que es posible seguir utilizando la red actual de
estaciones de servicio. Por otra parte, aunque se reducirá el precio de los
coches eléctricos en los próximos años, el desarrollo de estos combustibles
podría ser rentable. Hasta los 160.000 kilómetros, el coste total de un híbrido
que funcione con combustible sintético podría ser menor que el de un coche
eléctrico de gran autonomía, dependiendo del tipo de energía renovable
utilizada.
Los combustibles sintéticos se
obtienen mediante procesos termoquímicos a partir de carbón, gas natural o
biomasa. Los combustibles sintéticos obtenidos de la biomasa suelen llamarse
biocombustibles. Si se utiliza energía renovable en su elaboración, los
combustibles sintéticos pueden producirse sin las limitaciones de volumen a las
que están limitados los biocombustibles debido a factores como la cantidad de
masa vegetal disponible.
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