LOS ANUNCIOS DE LA TELE

Subido en una silla de madera, el técnico comienza a manipular los mandos del voluminoso receptor. La pantalla se llena de inquietos puntitos y emite un desagradable ruido… Pasan unos interminables minutos, va desapareciendo el ruido, van apareciendo unas líneas onduladas y, por fin, podemos ver las nítidas imágenes de nuestros primeros anuncios de la tele en blanco y negro, que generan una explosión de entusiasmo…