La presidencia lituana de la UE y los negociadores de la
Eurocámara han alcanzado este martes un acuerdo para flexibilizar la norma que
obliga a los fabricantes de coches a reducir las emisiones de CO2 de los
vehículos hasta 95 gramos por kilómetro de aquí a 2020, tal y como exigía
Alemania.
El Gobierno de Berlín bloqueó en junio el anterior
acuerdo entre los Gobiernos y el Parlamento alegando que tendría un impacto
negativo sobre la industria automovilística y forzó que se renegociara la norma
para suavizarla.
El compromiso alcanzado este martes permite en la
práctica retrasar tres años el objetivo de 95 gramos por kilómetro gracias a la
combinación de una fase de introducción gradual y del uso de los denominados
'supercréditos', según ha denunciado la organización ecologista Greenpeace.
La introducción gradual permitirá, según Greenpeace, que
el 5% de coches más contaminantes de cada fabricante no deba cumplir con los
estándares de emisiones hasta 2021, un año más tarde.
Además, el acuerdo entre la Eurocámara y la presidencia
lituana permitirá usar los 'supercréditos' hasta 2022. Este sistema permite a
los fabricantes compensar el impacto de sus vehículos más contaminantes con un
número muy inferior de coches bajos en emisiones, como los eléctricos.
"Estos supercréditos significan que los fabricantes
pueden superar los objetivos sin pagar ninguna multa", ha denunciado
Greenpeace. El pacto alcanzado este martes todavía debe ser ratificado por el
pleno de la Eurocámara y los Veintiocho.
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