La presidencia lituana de la UE y los negociadores de la
Eurocámara han alcanzado este martes un acuerdo para flexibilizar la norma que
obliga a los fabricantes de coches a reducir las emisiones de CO2 de los
vehículos hasta 95 gramos por kilómetro de aquí a 2020, tal y como exigía
Alemania.
El Gobierno de Berlín bloqueó en junio el anterior
acuerdo entre los Gobiernos y el Parlamento alegando que tendría un impacto
negativo sobre la industria automovilística y forzó que se renegociara la norma
para suavizarla.
El compromiso alcanzado este martes permite en la
práctica retrasar tres años el objetivo de 95 gramos por kilómetro gracias a la
combinación de una fase de introducción gradual y del uso de los denominados
'supercréditos', según ha denunciado la organización ecologista Greenpeace.