sábado, 5 de mayo de 2018

CEDA EL PASO


                                       
                                        “El huevo de Colón”

En el artículo anterior, “Accidente”, cuando la voz de la locutora nos informó del suceso ocurrido en la glorieta del Parque Alcosa, habíamos dejado detrás el monumento de “El huevo de Colón”. Aunque casi todos conocen la historia o leyenda del famoso “huevo”, me parece que vendría muy bien recordarla, aquí, para solaz y entretenimiento de los lectores.


Postrimerías del siglo XV. Cuenta la leyenda —por su dudosa verosimilitud, no tiene el rango de historia— que estando Cristóbal Colón a la mesa con nobles españoles —invitados por el cardenal Mendoza en el año 1493—, un conde amigo del cardenal le dijo: “Sr. Colón, si vuestra merced no hubiera encontrado las Indias, no nos habría faltado una persona que hubiera emprendido una aventura similar a la suya…” Colón no respondió a esas palabras y pidió que le trajeran un huevo; colocó el huevo que había pedido en lo alto de la mesa e invitó a los presentes a que trataran de ponerlo de pie, sin valerse de ningún apoyo. Todos lo intentaron sin éxito. Entonces Colón tomó el huevo, le dio un golpecito contra la mesa, agrietó la cáscara en el extremos más pequeño y lo puso de pie. Los asistentes quedaron confundidos y el conde indignado: “¡Eso es demasiado fácil!” “A veces, el logro de una hazaña no es difícil, lo complicado es emprenderla”, sentenció Colón.



Postrimerías del siglo XIX. Cuenta la historia —tan real, en este caso, como la corriente alterna que lleva la electricidad a nuestras casas— que el inventor Nikola Tesla estaba pasando momentos difíciles: había dejado de trabajar con Thomas Edison, los banqueros y las empresas tenían muchas dudas sobre la viabilidad de sus proyectos y se negaban a financiarlos. Tesla, que conocía la historia del huevo de Colón, propuso a los inversores que, si conseguía que un huevo se mantuviera de pie al mismo tiempo que giraba sobre su eje, le financiaran el proyecto…

En la siguiente reunión, Tesla puso un huevo de cobre sobre una placa metálica de forma circular. El huevo giró cada vez más rápido sobre su costado. De pronto, comenzó a girar a una velocidad de vértigo, lo que hizo que se mantuviera de pie y estable en un campo magnético rotatorio. Los inversores quedaron atónitos y cumplieron su palabra… Financiaron el proyecto.

Siglo XXI. Tomando el nombre del inventor Nikola Tesla, se crea en 2003 la compañía norteamericana, con sede en California, Tesla Motor. Esta compañía fabrica y comercializa vehículos, componentes y baterías para otros fabricantes —Daimler, Toyota—. Sus motores de inducción cuentan con un número de piezas inferior a las de un motor térmico convencional. Así que, hoy, Tesla fabrica coches con motor eléctrico y, además, suministra productos de generación y almacenamiento de energía limpia y renovable.

Partiendo de Cristóbal Colón (1436–1506): marino genovés —procedencia más aceptada—, navegante, cartógrafo, descubridor de América… Y continuando con Nikola Tesla (1856–1943): de etnia serbia, nacido en Smiljan —actualmente en Croacia— del entonces Imperio austrohúngaro, inventor, ingeniero, físico… Llegamos hasta el coche eléctrico.

Y aprovechando este feliz reencuentro con el coche eléctrico, quiero volver a poner de manifiesto mi apuesta por la conservación del medio ambiente y mi deseo de que, cuanto antes, el mundo pierda su dependencia de los combustibles fósiles… Será mejor para todos.

Familia de TODOMOTOR, feliz semana.

Fernando Monge
5/mayo/2018

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