Las 24 Horas de Le Mans es la
prueba de resistencia por excelencia y la carrera más exigente del mundo.
Porsche ha competido en todas sus ediciones desde 1951 y ha batido todos los
récords, consiguiendo nada menos que 19 victorias absolutas, la última en la
emocionante edición de 2017.
Esas 19 victorias llegaron por
el trabajo en equipo de pilotos, marca y escuderías, que aunaron pasión,
esfuerzo y tecnología para conquistar la carrera más dura del mundo. Todas
ellas están plagadas de anécdotas y curiosidades que nos dan otros puntos de
vista de una historia legendaria, la de Porsche en las 24 Horas de Le Mans.
1970
Tras 20 años participando en
las 24 horas de Le Mans, Porsche ganaba la carrera, y de paso, todas las
categorías en juego, con el 917, el 908 y el 914/6, a pesar de que hubo sólo
siete coches clasificados al final de las 24 Horas, en una edición muy
lluviosa.
Hans Hermann, piloto de
Porsche desde los años ‘50, consiguió la victoria en Le Mans en su decimocuarto
intento. Se retiró de la competición justo después de ganar.
1970 fue el año en el que se
rodó la famosa película “Le Mans”, protagonizada por Steeve McQueen. El actor
quiso aparecer conduciendo el 917 K número 20 de Jo Siffert y Brian Redman, uno
de los favoritos para la victoria final en esa edición, pero Siffert
revolucionó demasiado el motor a mitad de carrera y rompió la mecánica.
1971
La decoración del equipo
Martini-Racing es una de las más reconocidas por los aficionados. En el ‘71, en
su segunda aparición en Le Mans, uno de esos coches ganaba la carrera por
delante de los vehículos oficiales de John Wyer Automotive, decorados con otros
colores míticos: los de Gulf. Martini-Racing también había ganado en Sebring y
Nürburgring ese año.
La del 71 fue la edición de
los récords. Pedro Rodríguez batió la vuelta rápida con un Porsche 917 LH,
realizando un tiempo de 3:13,9 minutos en entrenamientos. Y también batió la
vuelta rápida en carrera con 3:18,4 minutos. El Porsche ganador de Marko/Van
Lennep hizo el récord de distancia, con 5.335,313 km y 397 vueltas. Y hubo 33
Porsche en la parrilla, récord de participantes de una marca.
Tras el cambio de normativa de
1970, por primera vez en Le Mans participó un equipo con tres pilotos, con
Koob/Kremer/Huber, en un Porsche 911 S. Hoy es obligatorio que al menos tres
pilotos participen en un equipo.
1976
El Porsche 936 de Jacky Ickx y
Gijs van Lennep fue el primer coche con motor turbo en ganar las 24 Horas de Le
Mans. Esta arquitectura de motor venció en trece ocasiones más hasta 1998.
Al final de la carrera, el 936
líder tuvo que entrar en boxes durante media hora para reparar una fisura en el
escape, pero tenía tanta ventaja que volvió a salir sin haber perdido el
liderato y pudo cruzar la meta en primera posición con facilidad.
Como Herrmann en 1970, Gijs van
Lennep también anunció su retirada tras ganar las 24 Horas en 1976, sólo que
para el holandés esta era su segunda victoria.
1977
El Porsche 936 ganador se
quedó con sólo cinco cilindros funcionando al final de la carrera, pero Jürgen
Barth consiguió realizar las últimas dos vueltas en el tiempo mínimo y cruzó
victorioso la meta… echando una humareda por el tubo de escape.
Como el coche de Jacky Ickx
tuvo problemas, el quipo decidió que se subiera a la unidad de Haywood/Barth.
El belga imprimió un ritmo increíble por la noche para poner el segundo 936 en
cabeza de la prueba. Fue la primera victoria en la historia de la carrera de un
equipo con tres pilotos.
Cuarta y última victoria de
Martini-Porsche en Le Mans, que seguiría ganando carreras, pero no en este
escenario. Sus famosos colores ya habían pasado a la historia.
1979
Los Grupo 5 se parecían a los
coches de calle, pero estaban muy modificados y eran potentísimos. A los
entendidos no les extrañó que un Porsche 935 de Grupo 5 ganara a los
teóricamente “invencibles” prototipos. Esta unidad estaba perfectamente
preparada por el equipo independiente Kremer y se llevó la victoria en esta
edición.
No fue una victoria fácil. A
falta de poco más de tres horas para acabar, el 935 se paró en el arcén porque
se le salió la correa de la inyección. Gracias a los ensayos anteriores, Don
Whittington pudo colocarla, hasta dos veces, antes de llegar a boxes para ser
reparado. Su ventaja de catorce vueltas permitió al equipo Kremer ganar.
En 1979, el actor Paul Newman
finalizó en segunda posición absoluta a bordo de un Porsche 935. Newman no
sufrió problemas con su productora, como sí tuvo McQueen en 1970. No fue el
único artista en la parrilla, también compitió ese año Nick Mason, músico de
Pink Floyd, al volante de un Lola-Ford.
1981
Siguiendo lo que parecía una
tradición entre los grandes pilotos, Jacky Ickx anunció su retirada tras la
carrera de Le Mans de 1980, pero la promesa de Porsche de ofrecerle un coche
ganador fue irresistible. Ickx conseguiría en 1981 su quinta victoria y se
convertía en el piloto más laureado de la prueba. Y todavía ganaría una vez más
en Le Mans, al año siguiente.
Al quitarse la limitación de
cilindrada para los prototipos, el Porsche 936 ganador pudo usar un nuevo motor
de 2.65 litros, diseñado inicialmente para la IndyCar. Pero antes de la
carrera, la prensa casi habló más del coche número 10, un 917K de principios de
los setenta, al que Kremer introdujo un nuevo motor de 4.9 litros. Llegó a
rodar noveno, pero su falta de adaptación a los neumáticos modernos y algunas
deficiencias aerodinámicas le lastraron. Tuvo que abandonar en la séptima hora.
En 1981, Porsche hizo
participar en Le Mans el primer coche de carreras con inyección electrónica y
encendido gestionados por una unidad de control. Era un Porsche 924 GTP con un
motor especial de cuatro cilindros y 2.5 litros de cilindrada, pilotado por
Jürgen Barth y Walter Röhrl, que llevaba el número 1. Quedaron en una
destacable séptima posición y terceros de su categoría.
Por primera vez en la historia
un coche de seguridad neutralizaba la carrera en Le Mans. Sucedió hasta en tres
ocasiones por graves accidentes, dos de ellos con víctimas mortales, dos
comisarios y el piloto Jean-Louis Lafosse.
1982
En esta edición participaron
hasta 19 constructores diferentes, algo no visto desde 1964. La llegada de los
primeros Grupo C en este año de transición, enfrentados a los últimos Grupos 5,
6 e IMSA GTX, permitió una gran variedad de coches. Pero desde el primer test se
vio que ninguno podía hacer nada contra los nuevos Porsche 956 y su motor
turbo, que ocuparon los tres puestos del podio en el orden de sus dorsales, con
el número 1 de Jacky Ickx y Derek Bell en lo más alto.
Con seis años a sus espaldas,
los Porsche 935 aún seguían siendo competitivos. El modificado por Reinhold
Joest era una interpretación del famoso
“Moby Dick” de la edición anterior, y en manos de John Fitzpatrick y David
Hobbs fue el mejor no 956, terminando cuarto y primero de la categoría IMSA
GTX. Era una señal inequívoca de que el equipo Joest iba a tener un papel
destacado durante los años venideros en Le Mans.
Un decimosexto Porsche pudo
participar en el último momento. El Mirage
pilotado por Mario Andretti fue descalificado justo antes de la vuelta
de formación, por unos nuevos radiadores camuflados en la cola, lo que permitió
entrar al primer reserva, un Porsche 924 GTR pilotado por Richard Lloyd, Andy
Rouse y Jeff Allam, casi sin tiempo de prepararse.
1983
Hasta diez Porsche 956
participaron, entre coches oficiales y de clientes. Ocho de ellos consiguieron
los primeros ocho puestos y otro quedó décimo. De los veinte coches que
pudieron clasificarse en la carrera, trece eran Porsche. Impresionante.
Tras el fiasco de 1982, Mario
Andretti y su hijo Michael dejaban atrás el Mirage y se subían al competitivo
Porsche 956 de Kremer, junto a Philippe Alliot. Mario buscaba igualar a Graham
Hill y conseguir la triple corona: el Campeonato del Mundo de F1, las 500
Millas de Indianápolis y Le Mans. Finalmente subía al podio en tercer lugar, a
seis vueltas de los ganadores Schuppan/Haywood/Holbert.
Jacky Ickx buscaba su séptima
victoria y tenía la pole, con Derek Bell como compañero. Pero casi se fue todo
al traste en la segunda vuelta al tocarse con Jan Lammers. En la reparación
perdió 1m 40s en boxes, cambiando el morro del 956 número 1, tiempo que le
hubiera hecho vencer al final de la carrera.
1984
En 1984, todos los prototipos
de Porsche estaban gestionados por equipos cliente privados. Entre ellos, el competitivo
equipo Joest supo hacerse con la victoria a pesar de perder uno de sus
vehículos por sobrecalentamiento. La unidad pilotada por Klaus Ludwig y Henri
Pescarolo vencía con autoridad, recuperándose de los problemas sufridos al
inicio y de verse en el puesto 30 durante la quinta vuelta de carrera.
La primera participación del
Porsche 962, evolución del 956, fue en 1984. Preston Henn compró una unidad de
las diseñadas para el campeonato americano IMSA, con motor de 2.8 litros y un
solo turbo. Además, salieron a pista dos 962 híbridos, con el motor y el capó
del 956.
Tras participar con sus
propios coches en años anteriores, Jean Rondeau, ganador de 1980, corría en
esta edición con un Porsche 956. Consiguió el mejor tiempo en entrenamientos y
terminó segundo. Hubiera podido ganar de no perder una rueda el domingo por la
mañana.
1985
Joest volvía a ganar con el
mismo Porsche 956. Y decimos “el mismo” porque se trataba de la unidad con el
mismo chasis (tercera vez en la historia de Le Mans), el mismo patrocinador y
también el número 7 con el que venció en 1984.
Eso sí, de los pilotos sólo repetía Klaus Ludwig, acompañado esta vez
por Barilla y “Winter”. Este coche, con una quinta marcha más larga, alcanzó
372 km/h en entrenamientos.
Porsche regresaba como equipo
oficial con los nuevos 962C con motor biturbo de 2.65 litros. Con el número 3,
Hans-Joachim Stuck conseguiría la vuelta más rápida de la historia en Le Mans,
a 251,815 km/h de velocidad media. El tiempo de 3m 14,8s le otorgó la pole. Se
tardarían 32 años en batir este impresionante récord.
Ahora sí, Jacky Ickx se
retiraba de la competición a finales de 1985, con seis victorias en las 24
Horas de Le Mans, cinco de ellas con Porsche, pasando a ser conocido como Mr.
Le Mans. Su récord fue igualado por Tom Kristensen en 2004, que también heredó
ese apodo.
1986
Nueva demostración de
fiabilidad y prestaciones, con nueve Porsche entre los diez primeros coches de
la clasificación final absoluta. Por primera vez ganaba el Porsche 962C, con
Derek Bell, Al Holbert y Hans Stuck al volante.
En la séptima posición terminaba
el novedoso Porsche 961, una evolución del 959 que había ganado el París-Dakar
en enero. Fue el primer coche de tracción total que participaba en Le Mans y
ganó la categoría IMSA GTX. También fue el primer y único coche en participar
en el Dakar y Le Mans en el mismo año. Y todo ello, con el mismo piloto al
volante: René Metge, junto a Claude Ballot-Léna.
De nuevo el Porsche del equipo
Joest conseguía la velocidad más alta durante todo el fin de semana, nada menos
que 380 km/h.
1987
En 1987, los Porsche 962C
contaban con el motor de 3 litros y casi 700 CV de potencia. Pero el equipo
oficial sólo tenía dos unidades en la parrilla, ya que se perdió un chasis en
una salida de pista en Weissach y otro en los entrenamientos de Le Mans. No
obstante, el trío ganador del año anterior conseguía una victoria aplastante,
con 20 vueltas de ventaja sobre el segundo.
Bob Wollek se adjudicó por
segunda vez la pole, con el otro Porsche 962 oficial y un tiempo 3m 21,09s. Esa
unidad era capaz de entregar 750 CV en entrenamientos, pero en la segunda hora
de carrera tuvo problemas de motor por un fallo electrónico.
El cambio de normativa hizo
que en esta edición sólo participaran prototipos. Únicamente 12 de los 48
coches que tomaron la salida se clasificaron.
1994
Aprovechando la categoría GT1,
el preparador Jochen Dauer creó un coche de calle a partir del Porsche 962C.
Una vez homologada esa versión, se montaron dos unidades de carreras. Por
dentro era casi un 962 de Grupo C de los años 80, exceptuando la brida de
admisión, el peso y el tamaño del depósito.
No se dejó nada al azar, ni en
el plano técnico con una unidad de reserva, ni en el humano. El equipo cliente
de referencia, Joest, puso los Dauer-Porsche en pista con ingenieros de la
marca y un piloto de fábrica en cada unidad: Hans Stuck y Hurley Haywood,
respectivamente. Pero fue el coche pilotado por Yannick Dalmas y Mauro Baldi el
que consiguió ganar, mientras que la otra unidad finalizaba en tercera
posición.
El triunfo en la categoría GT2
fue para el Porsche 911 Carrera RSR de Labre Competition, pilotado por los
españoles Jesús Pareja y Carlos Palau, junto a Dominique Dupuy.
1996
Porsche estrenó en los
entrenamientos de Le Mans el nuevo 911 GT1. A pesar de no tener prácticamente
tiempo para realizar tests, este superdeportivo de calle se quedó a una vuelta
de la victoria y ocupó el segundo y tercer puesto.
Porsche aportó el motor
derivado del 962C, un bloque biturbo de 3 litros, al ligerísimo TWR-Porsche
ganador de la carrera, así como apoyo técnico y sesiones en el túnel de viento.
Pilotado por Jones-Reuter-Wurz, tuvo una carrera sin problemas hasta cruzar
victorioso la línea de meta.
1997
Joest vuelve a vencer, como
sucedió en 1984 y 1985, en años consecutivos con un mismo coche y chasis. El
TWR-Porsche ganador, con el chasis 001, fue pilotado en esta edición por
Michele Alboreto, Stephen Johansson y un joven Tom Kristensen, que vencía por
primera vez en la carrera que marcaría su vida.
Entre las mejoras destacaban
los ligeros cambios en el morro, la entrada más estilizada de aire al
intercooler y la introducción de la caja de cambios secuencial que usaban los
911 GT1, ya que en 1996 el TWR-Porsche aún llevaba cambio manual.
Hasta ocho equipos cliente
confiaron en el Porsche 911 GT2 para enfrentarse a la oposición norteamericana
de Saleen, Panoz y Callaway. Los Porsche coparon el podio de la categoría.
1998
Para 1998 la normativa de los
GT1 se liberó hasta convertirlos en auténticos prototipos de carreras. Así
pues, salvo el motor, el Porsche 911 GT1-98 no tenía nada que ver con los GT1
del 96 y 97. De hecho, fue el primer coche de carreras de Porsche construido
con un chasis completo de fibra de carbono, sin nada relacionado con los coches
de calle. Eso sí, por normativa se produjo la conveniente unidad de calle para
pasar la homologación.
La victoria del 911 GT1-98
llegó tras una larga lucha con los Toyota, en la que hubo varios cambios de
líder y un final muy competido. Ganó el Porsche número 26 de Alan McNish, el
debutante Laurent Aiello y el nuevo piloto en el equipo Stéphane Ortelli.
Tras ganar con los GT1 y
conseguir un récord que parecía imbatible de 16 victorias, y con la escalada de
costes del momento, Porsche se centró a partir de 1999 en dar el mejor servicio
a los equipos cliente de GT, sin participar desde entonces de forma oficial en
las 24 Horas de Le Mans.
2015
En 2015 se habían mejorado a
fondo los 919 Hybrid y prueba de ello fue la pole, con récord de Neal Jani, que
hizo un tiempo de 3m 16,887s, seguido de los otros dos Porsche.
Nico Hulkenberg, piloto del
919 Hybrid ganador, se convirtió en el primer piloto de Formula 1 en activo que
participaba también en las 24 Horas de Le Mans desde hacía décadas, recordando
tiempos pasados en los que se participaba en varias disciplinas a la vez, desde
el GP de Mónaco a la Targa Florio.
Hulkenberg admitió que el
objetivo inicial era rodar muy fuerte, aunque alguno de los coches se quedara
por el camino, para acabar con un coche en el podio. Pero el resultado fue
otro: un nuevo doblete para Porsche y la victoria 17, dieciséis años después.
2016
La victoria in extremis de
2016, cuando el Toyota de Nakajima se quedó sin potencia en la última vuelta,
esconde el tremendo esfuerzo que hizo el Porsche número 2 para meter presión al
líder. Incluso se cambiaron los cuatro neumáticos en una parada no programada,
a 11 minutos del final, para aumentar la velocidad en las últimas vueltas.
Se completaron seis horas de
entrenamientos clasificatorios, en varias sesiones, pero bastaron sólo diez
minutos de la primera sesión para que Neel Jani volviera a conseguir la pole
con el Porsche 919 Hybrid número 2.
Las mejoras del 919 Hybrid de
2016 reducían el peso del motor y su consumo. También se mejoró todo el
conjunto eléctrico y la posibilidad de ajustes del tren delantero, para sacar
más partido a los neumáticos.
2017
Los Toyota habían ganado las
dos pruebas anteriores del WEC y estaba claro que conseguir la pole no iba a
ser fácil, así que en Porsche se centraron en poner el coche a punto para la
larga carrera.
La nueva normativa cambió
aspectos de la carrocería de los LMP1 para reducir la carga aerodinámica y
frenar un poco la velocidad de los coches, pero los ingenieros dieron la vuelta
a la tortilla. Se batieron varios récords y el tiempo de calificación del mejor
Porsche, en tercera posición, era incluso mejor que la pole de Neel Jani en
2016.
Nunca se debe menospreciar la
capacidad de Le Mans para sorprender a propios y extraños. A cuatro horas del
final, el 919 Hybrid número 1, que rodaba tranquilo, sin forzar, hacia la
victoria, tuvo que abandonar. La carrera por llegar a la cabeza del Porsche
número 2, muy retrasado por una avería al principio de la prueba, se convirtió
en una memorable remontada. A menos de dos horas para el final, Timo Bernhard
se colocaba primero, a pesar del gran tráfico en pista, pues 48 coches
finalizaron la carrera.
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