- El organismo reduce sus previsiones de consumo mundial de petróleo
- Si se cumplen las previsiones, habrá al menos cuatro años de sobreoferta
La Agencia Internacional de la
Energía (AIE) redujo hoy sus previsiones sobre el consumo mundial de petróleo
tanto este año como el próximo y, lo que unido a que la oferta se mantiene
fuerte de la mano de la OPEP, augura que el desequilibrio del mercado va para
largo. Un cambio significativo respecto a sus estimaciones de los últimos
meses.
De hecho, la AIE indicó que no
espera que la dinámica de la oferta cambie significativamente en los próximos
meses a pesar de la reducción de la extracción de países como EEUU, de forma
que seguirá superando la demanda, al menos, hasta al menos la primera mitad de
2017, lo que significaría el cuarto año consecutivo de sobreoferta de crudo.
"La oferta seguirá siendo
superior a la demanda al menos hasta la mitad del año que viene", explicó
el organismo con sede en París. "Parece que tendremos que esperar un poco
más para que el mercado vuelva al punto de equilibrio". Un tono más
pesimista que en marzo, cuando veía "luz al final del túnel" tras
superar el barril los 40 dólares y confiando en que la sobreoferta se
evaporaría este año, aunque en su informe de junio era un poco más cautelosa y
veía posibilidades de sobreoferta en 2017.
La demanda más baja en dos años
Ahora, las tornas han cambiado. En
su informe mensual sobre el mercado petrolero, la AIE disminuyó sus
estimaciones sobre la demanda global en 100.000 barriles diarios para este año,
de forma que será de media de 96,1 millones de barriles, lo que significa que
el incremento respecto a 2015 será de 1,3 millones de barriles diarios (fue de
1,6 millones el ejercicio precedente).
Para 2017, el consumo será de 97,3
millones de barriles, es decir un alza interanual de sólo 1,2 millones de
barriles y una corrección a la baja de 200.000 barriles si se compara con lo
que había anticipado el mes pasado.
Esa revisión resulta en primer
lugar de la constatación de los datos del tercer trimestre, en el que la
progresión del consumo, que fue de 1,4 millones de barriles diarios en términos
interanuales en el segundo trimestre, ha sido únicamente de 0,8 millones en el
tercero, la tasa más baja de los últimos dos años.
Los autores del estudio destacaron
que los principales pilares en los últimos tiempos de la expansión del consumo,
que han sido China e India, cada vez lo son menos, y que las preocupaciones
sobre los países en desarrollo están pesando. Además, en Europa hay un descenso
en el tercer trimestre a causa de un descalabro de las entradas de crudo en
Francia, Finlandia e Italia.
El precio no estimula la demanda
La AIE señaló que, en términos
generales, después de más de un año en el que el barril se mueve en torno a los
50 dólares, el precio está dejando de ser un incentivo para elevar la demanda
por ese motivo. Los esfuerzos de la OPEP para intentar elevar los precios tras
dos años de desplome parece que no pueden superar esa barrera con un mercado
que sigue inundado de petróleo.
La agencia igualmente subrayó la
aparente paradoja de que pese al hundimiento de las inversiones en la
extracción por esos bajos niveles de precios del barril, la oferta se está
expandiendo por el tirón precisamente de la OPEP. En este sentido, sí que
parecen estar logrando su objetivo de ganar cuota de mercado expulsando a los
países que producen petróleo a precios más alto.
Desde finales de 2014, los países
que no pertenecen a ese cártel han recortado sus extracciones en 1,4 millones
de barriles diarios, y eso hay que atribuirlo en buena parte a Estados Unidos,
que ha supuesto más de la mitad del recorte de las inversiones de los
productores independientes.
La OPEP bombea más
En paralelo, la OPEP ha tenido el
comportamiento inverso, y en particular dos de sus miembros, Arabia Saudí e
Irán, están bombeando alrededor de un millón de barriles diarios más de los que
sacaban de sus pozos a finales de 2014.
La oferta disminuyó en 300.000
barriles diarios en agosto, pero eso ocurrió después de fuertes ascensos en los
dos meses anteriores, y se situó en 96,9 millones de barriles diarios. Y la
OPEP incrementó una vez más su contribución, en agosto en 30.000 barriles
diarios, para situarse en niveles récord de 33,47 millones de barriles.
Arabia Saudí, aunque disminuyó muy
ligeramente ese mes su producción, con 10,60 millones de barriles diarios
(5.000 menos que en julio), volvió a situarse como el primer país del mundo por
delante de Estados Unidos, que le había estado superando desde 2014 sobre todo
por los yacimientos de esquistos.
Irán sigue en su progresión tras el
levantamiento de las sanciones internacionales, y en agosto subió a 3,64
millones de barriles. Fuera de la OPEP, el resto de países disminuyó sus
extracciones en agosto en 1,4 millones de barriles diarios menos que el mismo
mes de 2015 con 56,4 millones, sobre todo por Estados Unidos, Rusia, Kazajistán
y el Mar del Norte.
Una de las consecuencias de este
prolongado desequilibrio entre la oferta y la demanda es el aumento de las
reservas industriales, que en el caso de los miembros de la OCDE progresaron en
32,5 millones de barriles en julio, para alcanzar un récord de 3.111 millones
de barriles.
Fuente: eleconomista.es
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