La compañía de automóviles
americana, General Motors, ha dado un paso más en la implantación de pilas de
hidrógeno en sus vehículos y, de nuevo, su socio será el Ejército
Estadounidense.
Se trata de un modelo basado en un
Chevrolet Colorado, cuyo motor funcionará a partir de esta pila y que de
momento pasará por un período de prueba a partir de 2017, 14 meses después de
que GM y TARDEC (Centro de Investigación, Desarrollo e Ingeniería
Automovilística de Tanques del Ejército de Estados Unidos) firmasen el acuerdo
que marcase el inicio de este proyecto.
El fabricante y TARDEC revelarán
los detalles del prototipo en la reunión otoñal de la Asociación del Ejército
Estadounidense que se celebrará en Washington DC el próximo mes de octubre. De
momento solo han publicado un comunicado y un difuso avance (ver foto) del que
será el primer modelo militar con esta especificación tecnológica.
El interés del ejército es fruto de
las lógicas ventajas que este tipo de propulsión dota al vehículo, empezando
por su capacidad de proporcionar energía a terceros, generar agua y, por
supuesto, su desplazamiento silencioso. "Las pilas de hidrógeno tienen
potencial para sumar capacidades increíbles a nuestra fuerza", indicó el
director de TARDEC, Paul Togers, en un comunicado.
Las pruebas servirán a la Marina
para depurar las utilidades de esta tecnología en sus operaciones y GM, por su
parte, recibirá informes de uso para modificar e implantar el sistema allá
donde consideren necesario, tanto en modelos militares como comerciales.
Los coches con pila de hidrógeno se
diferencian de los eléctricos principalmente en su mayor autonomía y 'recarga'
más rápida, entendiendo recarga como llenar el tanque de hidrógeno. Sin embargo
dicha autonomía se paga cara, puesto que a día de hoy, un depósito de hidrógeno
cuesta cinco veces más que recargar la batería de un eléctrico.
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