Alemania quiere
implantar una nueva ley que obligue a los fabricantes a incluir en sus
vehículos autónomos una caja negra con la que se pueda esclarecer la
responsabilidad del accidente.
El accidente
mortal ocasionado a bordo del Tesla Model S que circulaba con el piloto
automático ha incrementado la presión de los reguladores sobre las firmas para
asegurar que esta tecnología se implante de forma segura.
Según la
propuesta del ministro de Transporte, Alexander Dobrindt, será obligatorio para
los constructores instalar una caja de negra que registre cuándo se activa el
piloto automático, cuándo se circuló de forma manual y en qué momento el
sistema solicita que el conductor se haga cargo del volante.
Al mismo tiempo,
la medida recoge que los conductores no tendrán que prestar atención al tráfico
o concentrarse en la dirección, pero deben permanecer sentados al volante para
que puedan intervenir en caso de una emergencia. El proyecto, no obstante, debe
ser enviado a otros ministerios para su aprobación este verano.
Alemania es el
hogar de algunas de las empresas de automóviles más grandes del mundo, como es
el caso del Grupo Volkswagen, Daimler y BMW, y el Gobierno no quiere dejar
escapar la oportunidad de convertir su potente industria automovilística adopte
un rol globalizado en el mercado de los vehículos autónomos.
Cabe recordar que
la canciller Angela Merkel dijo en abril que la industria debe elaborar una
lista con los deseos y necesidades para que Berlín ayude a desarrollar los
vehículos con piloto automático, a ser posible con un calendario.
Un esfuerzo que
comienza a dar ya sus frutos a la industria germana: Audi lanzará su primer
coche autónomo en 2017 y BMW en 2021.
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