lunes, 11 de julio de 2016

AL AIRE ACONDICIONADO DEL COCHE

El Aire acondicionado del coche, necesario en estos tiempos que corren. Nos hacen que nuestros desplazamientos sean más agradables, confortables a veces hasta únicos.
Por eso, hay que tener en cuenta varios aspectos de estos aparatos que hacen que en  estos habitáculos con ruedas nos hagan la vida más agradable.




Diversos estudios recuerdan que si la temperatura del interior del coche llega a 30ºC los errores de conducción aumentan un 20%. Es decir, afecta a la concentración. Y es que el calor en el habitáculo actúa como acumulador, hasta el punto que la temperatura interna puede llegar a ser 20ºC superior a la externa. Por tanto, la cuestión no es cuánto cuesta cambiar el compresor del aire acondicionado si, por ejemplo, se ha estropeado. De hecho, un uso óptimo del sistema de climatización ayudará a ahorrar en el mantenimiento del coche.

¿De cuántos grados hablamos?
Ni helarnos ni ahorrar pasando calor. El término medio, como casi siempre, es la respuesta. Para viajar debemos hacerlo entre 21ºC y 24ºC, según el número de ocupantes y nuestra percepción térmica, condicionada por la temperatura corporal.

En ese margen evitaremos resfriados provocados por diferencias excesivas entre las temperaturas interior y exterior. Por cierto, un uso adecuado de la climatización no se limita a ponerla. Hay que regular adecuadamente las salidas de aire en el habitáculo y no situar el ventilador a la máxima potencia en cuanto subimos al coche. Antes ventilaremos el habitáculo durante unos minutos abriendo las ventanillas, mientras ponemos en marcha el ventilador a bajas revoluciones —unos 3 ó 4 minutos—.

Esta puesta en marcha debe realizarse mientras rodamos algunos metros. Al principio, el aire saldrá caliente. Cuando el sistema esté preparado y comience a salir aire fresco aumentaremos la velocidad del ventilador hasta lograr la temperatura deseada, regulándolo a continuación hasta equilibrar la temperatura idónea.

Los expertos recuerdan que no es bueno dirigir el aire directamente hacia el rostro o el cuello, algo extensivo a cualquier otra parte del cuerpo. Como el aire frío es más pesado que el caliente, lo mejor es que las salidas centrales se dirijan hacia arriba; eso provocará el movimiento continuo por convección del aire en el habitáculo. Las salidas laterales pueden dirigirse hacia las ventanillas para minimizar la temperatura de los cristales cuando el sol incide sobre ellos. Comprueba que las rejillas estén limpias, no taponadas o cerradas.

Algún que otro inconveniente
Un dato al que no se suele prestar atención es la humedad relativa. En los coches más modernos sí suele contemplarse, de modo que el sistema de refrigeración la mantiene en un valor comprendido entre el 40 y 70%, franja de humedad recomendada para el cuerpo humano.


Pero al mismo tiempo que la refrigeración nos hace los viajes más agradables, también reseca el ambiente. De ahí la importancia de hidratarse regularmente con agua o bebidas isotónicas, aunque vayamos a gusto con la temperatura.

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