.- El sonido de cada Audi se desarrolla en función del
modelo individual y de las expectativas del cliente para cada tipo de vehículo.
.- Los ingenieros del departamento de acústica de Audi
trabajan en el sonido de cada modelo desde la misma fase inicial de desarrollo.
.- El sistema de escape RS sport opcional enfatiza el
característico sonido del cinco cilindros TFSI en el Audi RS 3 Sportback.
Para Audi, el
tratamiento de la acústica en sus vehículos, especialmente en lo relacionado
con el sonido de los motores, se ha convertido en una faceta clave en el
desarrollo de cada nuevo vehículo. El sonido de un Audi depende de cada modelo,
y debe cumplir con las expectativas que cada cliente se marca para ese vehículo
determinado, en base a su diseño y a su posicionamiento. Un ejemplo de cómo
Audi tiene en cuenta el sonido es el cinco cilindros TFSI del Audi RS 3
Sportback, el motor que mejor representa el ADN de la marca de los cuatro
aros.
Si hay un motor con larga tradición en Audi ese es el
5 cilindros de gasolina. Y esto se aplica no sólo a su poderoso empuje o a sus
prestaciones, también a un sonido inconfundible e inimitable, fruto de un
intenso trabajo de desarrollo que se inicia desde los primeros bocetos de un
nuevo modelo. El objetivo es asegurar que el sonido de un Audi provoque siempre
una respuesta positiva, y un Audi con las siglas RS debe sonar rotundo,
poderoso y potente, con la dificultad que conlleva cumplir al mismo tiempo con
la legislación que se aplica a la acústica de los vehículos.
En la última versión del galardonado TFSI de cinco
cilindros, seis veces consecutivas elegido “Motor del Año”, los ingenieros de
quattro GmbH en Neckarsulm tuvieron que trabajar muy duro para conseguir ese
sonido puro y auténtico. “En el fondo, el cinco cilindros es algo muy especial
debido a su larga tradición: el concepto original de este motor estaba también
bajo el capó del Audi 100 y del Ur-quattro”, explica Steffen Hackmayer,
responsable de Acústica en quattro GmbH, y encargado del sonido de los modelos
RS de Audi durante más de 15 años.
En realidad, el nacimiento del cinco cilindros de Audi
se remonta a la segunda mitad de la década de 1970, cuando la marca de los
cuatro aros acababa de dar el salto a la clase Premium con el Audi 100. Otras
berlinas de la categoría se decantaban por motores de seis cilindros en línea.
“Inicialmente, la configuración de nuestro coche, con tracción delantera y el
motor instalado longitudinalmente nos limitaba a propulsores de cuatro
cilindros”, explica Heinz Hollerweger, Director General de quattro GmbH. “Un
seis cilindros nos habría obligado a utilizar un voladizo delantero muy
grande”. Por ello, los ingenieros de desarrollo técnico de Audi adoptaron la
solución del cinco cilindros, un motor que combina el rendimiento de un seis
cilindros con la favorable distribución de pesos y la compacidad que permite un
cuatro cilindros.
Ya por aquel entonces el sonido del motor era un
factor extremadamente importante. Y los puntos clave siguen siendo los mismos:
la secuencia de encendido y la carga. En un motor de cuatro tiempos se produce
una explosión en cada cilindro una vez cada dos giros del cigüeñal. Por ello,
en un motor de cuatro cilindros existe una explosión cada media revolución, o
dos explosiones en un giro completo del cigüeñal, lo que hace que estos motores
se denominen “de segundo orden”. Un seis cilindros sería un motor “de tercer
orden”, mientras que el cinco cilindros está justo entre medias: se producen
las cinco explosiones –una por cada cilindro– con dos vueltas completas de
cigüeñal, es decir, 2,5 explosiones por cada revolución. Esta peculiar
característica hizo que controlar la acústica del cinco cilindros inicialmente
no fuera fácil para los ingenieros de Audi, aunque con el tiempo se convirtiera
en todo un golpe de efecto, contribuyendo a ese sonido único y emocionante
propio de los motores con esta configuración.
En el caso del nuevo Audi RS 3 Sportback, el cinco
cilindros cobra vida al pulsar el botón de arranque con un ronco bramido. Capaz
de acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 4,3 segundos, el TFSI ruge con fuerza a
medida que la aguja escala una y otra vez hacia la zona roja del cuentavueltas,
emitiendo un sonido fascinante. Su número impar de cilindros implica que el
sonido generado no es un tono sinusoidal puro; la frecuencia del encendido desarrolla
armónicos que acompañan al tono sinusoidal. Es algo parecido a lo que sucede
cuando se genera un sonido musical: un único tono suena como un silbido, sin
nada de emoción, mientras que los armónicos añadidos por los instrumentos, como
por ejemplo un piano, son los que le otorgan al tono su definición
característica. En el caso de un motor, estos armónicos vienen definidos y
controlados por factores como el ruido de admisión, que en el Audi RS 3
Sportback genera tres frecuencias de intensidad particularmente notable.
Algo similar ocurre con el poderoso diez cilindros del
Audi R8. Su sonido es, en cierto modo, la suma del sonido de dos motores de
cinco cilindros, y está igualmente dominado por frecuencias impares. “Los cinco
cilindros son algo muy especial, estos motores nos proporcionan una base
técnica que nos permite crear algo muy emocional”, comenta Stephan Reil,
Director de Desarrollo Técnico de quattro GmbH. “Nuestros motores han de sonar
auténticos, tienes que ser capaz de oír la tecnología. Y esto se aplica no sólo
al conductor, también a quienes lo escuchan desde el exterior. Ha de ser un
sonido fascinante. “Es muy importante para nosotros que el sonido que emite el
motor se corresponda con la carga. No debe ser molesto a velocidad constante, pero
sí claramente perceptible en aceleración. Y cuanto mayor sea el régimen de giro
del motor, más potente debe ser también el sonido”, explica Reil. Por otro
lado, en la medida de lo posible hay que eliminar ruidos secundarios, como por
ejemplo podría ser el ruido del alternador. Cuanto menor sea el nivel de ruido
secundario, más característico y auténtico será el sonido del motor.
Aquí no acaba el trabajo. Para conseguir el carácter
individual y exclusivo del cinco cilindros del RS 3 Sportback, Audi recurre a
canales de admisión y de escape con un diseño específico, de forma que se
eliminan o se realzan ciertas frecuencias, a través de la configuración de los
diámetros de las canalizaciones y de los silenciadores utilizados. El principio
es en este caso comparable al del funcionamiento de un órgano: cuanto más
grande es la sección transversal de los conductos se consiguen tonos más
profundos. Y las mariposas en el sistema de escape deportivo opcional del Audi
RS 3 Sportback también desempeñan un papel fundamental, al permitir alterar el
tono de la misma forma que se hace en un saxofón, por ejemplo: con las
mariposas cerradas el motor es claramente más silencioso.
Para conseguir que el sonido del escape del cinco
cilindros emita una sinfonía perfecta, la puesta a punto final se realiza
utilizando simulaciones y analizando todos los datos. “El truco está en la
combinación de la utilización de herramientas de medición adecuadas, la
simulación, el cálculo basado en la experiencia técnica… y el instinto”, resume
Stephan Reil. La unidad de control del motor también está equipada con un
sistema de toma de datos y actúa en consecuencia para enfatizar el sonido
final. Se puede controlar de forma individual la ignición en cada cilindro
dependiendo del sonido que se necesite en cada momento, retrasándola hasta el
último momento para conseguir ese característico efecto “trueno” cuando se
demanda máxima aceleración, manteniendo la combustión en los cilindros hasta un
máximo de medio segundo después de que el conductor haya levantado el pedal del
acelerador, que es como los expertos evitan que conseguir un sonido perfecto
tenga como precio un incremento en el consumo.
“Tratamos de darle al sonido de nuestro motor su
propia personalidad”, comenta Hackmayer. Y para ello la atención se centra
siempre en el sonido natural, Audi no aplica ningún tipo de sonido sintetizado
a sus modelos RS. “Aquí no hay actuadores que generen o amplifiquen el sonido
original”, explica Reil, que asegura: “Podría distinguirse el sonido del motor
del Audi RS 3 Sportback con los ojos vendados entre 100 coches, algo que sería
mucho más difícil con otros motores, porque no tienen esta configuración tan
exótica”.
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