viernes, 29 de enero de 2016

UNA BREVE HISTORIA DEL NEUMÁTICO



En el siglo XIX, el transporte de pasajeros era relativamente rudimentario: el tren era el medio de transporte público más sofisticado, mientras que las personas privilegiadas utilizaban carruajes y bicicletas. Al principio, ambos estaban provistos de ruedas de madera. Con el fin de hacerlas más resistentes al desgaste, las bandas de rodadura de las ruedas iban provistas de bandas de hierro y, en una etapa posterior, de ‘neumáticos’ de caucho sólido (vulcanizado) natural. El proceso de vulcanización se inventó aproximadamente, al mismo tiempo en diferentes lugares: por Charles Goodyear y Nathaniel Hayward en Estados Unidos, Friedrich Ludersdorf en Alemania y Thomas Hancock en el Reino Unido. Con esta innovación se redujeron los niveles de ruido y se mejoró la comodidad en las abruptas carreteras y caminos de aquella época.

Hitos significativos

Estados Unidos, 1845: Robert William Thompson patenta el primer neumático lleno de aire, pero es demasiado costoso para resultar atractivo desde el punto de vista comercial.
Alemania, 1886: Karl Benz desarrolla el primer ‘automóvil’, un vehículo de tres ruedas. En el mismo año, su compatriota, Gottlieb Daimler, convierte un carruaje ordinario en un vehículo autopropulsado.
Irlanda, 1888: El veterinario John Boyd Dunlop realiza experimentos iniciales con ruedas neumáticas. La primera versión que produce, fabricada en cuero con una banda de caucho, la utiliza para hacer que la bicicleta de su hijo circule con mayor fluidez.
1889: Dunlop abre su fábrica en Dublín, Irlanda. Antes de finales de siglo, también se desarrollan nuevas tecnologías en Estados Unidos, Alemania y Francia, tecnologías en las que el caucho es el principal componente.
Alemania, 1892: Continental fabrica su primera rueda neumática, también para bicicletas. Michelin hace lo mismo en Francia.
El ascenso de Bridgestone

Bridgestone, fundada por Shojiro Ishibashi (que significa ‘puente de piedra’), comenzó a fabricar neumáticos en Japón en 1931. En 1988 adquirió Firestone, el segundo fabricante más grande de Estados Unidos y, en 1990, constituyó Bridgestone/Firestone Europa (que, actualmente, ha cambiado su nombre a Bridgestone Europa).

En la última mitad del siglo XX, esta corporación global desempeñó un papel cada vez más importante en el desarrollo de nuevos materiales y tecnologías, para mejorar la vida, seguridad, manejo y confort de los neumáticos, al tiempo que se reducía también el consumo de combustible, con arreglo a la creciente demanda de protección medioambiental y conservación de recursos. Bridgestone fue pionero en el uso de los neumáticos run-flat teniendo como doble objetivo a la seguridad del conductor y la economía de combustible. En 1986, equipó el deportivo Porsche 959 con los primeros modelos de RFT (Run Flat Technology), incorporando paredes laterales de la llanta reforzadas, que permitían conducir el coche de forma segura durante varios kilómetros, incluso en el caso de una pérdida total de presión de aire. Desde entonces, ha seguido mejorando la tecnología y actualmente suministra modelos de neumáticos con Tecnología Run-Flat como equipamiento de serie para varios modelos de coches de altas prestaciones.

Desde 1997 hasta 2010, Bridgestone suministró neumáticos a la competición automovilística para Fórmula 1. En 2002, la empresa comenzó a participar en MotoGPTM y se convirtió en el único proveedor de neumáticos en 2011, competición en la que participó hasta 2015. Actualmente, la experiencia adquirida como consecuencia de esta colaboración en deportes de motor aporta valor añadido a los conductores actuales. Todo ello, con el fin de seguir cumpliendo el objetivo establecido por el fundador del Grupo, Ishibashi de “servir a la sociedad con calidad superior”.

Funciones de un neumático

Un neumático tiene cuatro funciones básicas que son las siguientes:

Contener un volumen de aire presurizado para soportar la carga del vehículo.
Complementar la suspensión del vehículo (absorbiendo los impactos de la superficie de la carretera).
Proporcionar estabilidad direccional mientras se cambia o se mantiene el sentido de la marcha.
Transmitir fuerzas de tracción y de frenado a la superficie de la carretera.
Consejos de seguridad en relación con los neumáticos[1]


1.Compruebe la profundidad del dibujo de los neumáticos: Más dibujo significa más agarre en superficies mojadas. Es tan sencillo como eso. Compruebe regularmente la profundidad del dibujo de los neumáticos con un medidor de profundidad o utilizando el indicador de desgaste del dibujo incorporado en sus neumáticos. El requisito legal es que las ranuras del dibujo conserven cierta profundidad mínima, cuando se miden con un indicador del desgaste del dibujo (Tread Wear Indicator, TWI), situado alrededor de la circunferencia del neumático. En los países europeos, los neumáticos de verano de los turismos deben tener una profundidad de 1,6 mm, mientras que en algunos países, para ciertos modelos de neumáticos invierno la referencia es de 4 mm.

Compruebe la profundidad del dibujo de los neumáticos:
En los cuatro neumáticos
En cada ranura principal
 Al menos en 2 puntos a lo largo de la ranura
2.Compruebe la presión de sus neumáticos: Los neumáticos simplemente no realizarán bien su función sin suficiente aire. Asegúrese de comprobar la presión al menos una vez al mes y mantenga sus neumáticos correctamente inflados en todo momento. Encontrará la presión correcta de su vehículo en su manual de instrucciones y, en muchos casos, bajo el tapón de combustible, en el interior de la puerta o en la guantera.2.

Compruebe la presión de sus neumáticos:
Cuando sus neumáticos estén fríos
Antes de realizar viajes largos
Al transportar cargas pesadas.
3.Compruebe si hay daños o desgaste irregular: Cuide de sus neumáticos y ellos cuidarán de usted. Compruebe periódicamente si hay cualquier signo de desgaste irregular, algún objeto puntiagudo alojado en la banda de rodadura y si hay cortes, desgastes, grietas o protuberancias. Si tiene alguna duda, pregunte a un especialista.

Compruebe periódicamente si hay daños o desgaste irregular:

En los cuatro neumáticos
En ambos lados del neumático

En las llantas (que puedan dañar sus neumáticos)

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