El año que viene comenzará
la universidad y Álex Bisbal lo tiene decidido: quiere ser ingeniero de
aerodinámica para poder diseñar vehículos o, al menos, formar parte del equipo
de una gran escudería. Claro que una cosa es imaginar cómo es este mundo y otra
vivirlo de cerca. Álex ha tenido la oportunidad de estar entre bastidores
durante el último fin de semana de competición de la SEAT León Eurocup 2014. Su
vocación, lejos de disminuir, se ha acrecentado.
“El mundo de los coches es
una tradición en casa. Mi padre trabaja en SEAT, siempre hemos visto las
carreras por la tele y de pequeño ya iba al circuito”. Tiene solo 16 años, pero
Álex Bisbal hace mucho que lo tiene claro: quiere ser ingeniero de
aerodinámica. “A mí lo que me gustaría es diseñar las formas del coche. Es una
ciencia muy interesante que tiene repercusión en el mundo real”.
Durante el último fin de
semana de competición en el Circuito de Barcelona-Catalunya, Álex, acompañado
por su familia, tuvo la oportunidad de conocer de primera mano todo lo que
rodea la alta competición. Lo primero que hizo fue acercarse al box de la
piloto Laia Sanz y hablar con los ingenieros. ¿Qué velocidad máxima puede
alcanzar un vehículo en Montmeló? El León Cup Racer puede llegar a unos 236
km/h al final de recta, le comentan.
Comienza la prueba y Álex la
disfruta en el pit lane. El jefe de ingenieros de carrera de SEAT, Xavier
Serra, que es también el responsable de Desarrollo Técnico de SEAT Sport, le
explica que “la importancia de la aerodinámica
en un coche de carreras es vital. Estamos buscando siempre el equilibrio entre
el máximo apoyo y la menor resistencia al avance”.
La prueba termina con la
victoria de Pol Rosell. Álex vive entonces uno de los momentos más intensos de
la jornada: estar en su box, subir al coche y ocupar el asiento del piloto.
Tocar el vehículo, el volante, se convierte en una experiencia inolvidable. Y
no alberga dudas: su sueño no es otro que “formar parte de un equipo de alguna
escudería importante y trabajar con los pilotos. Aunque sea un simple técnico,
el objetivo sería ese, estar en un equipo, sea el que sea y en la categoría que
sea”.
Entre Álex y Pol surge de
inmediato una enorme complicidad. Y es que el piloto sabe lo que es luchar por
una vocación. Por eso se permite aconsejar al joven entusiasta: “Mi consejo es
que estudie, que se prepare mucho. Aquí hay futuro y con esfuerzo puede llegar
donde quiera”. De momento, la primera experiencia en alta competición ha sido
como visitante. Quién sabe si, en un futuro, Álex Bisbal dará órdenes como
ingeniero. Si es por ilusión, a él no le gana nadie.
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