La competencia desleal de talleres
ilegales, donde se antepone el precio a la seguridad y el rigor de la
reparación, generó al sector de la posventa unas pérdidas de más de 3.500
millones de euros en los últimos seis años, según se desprende de la Propuesta
de actuación para la erradicación de talleres ilegales presentada hoy ante el
Seprona por las asociaciones Ganvam y Anfac.
Concretamente, estos centros
ilegales representan ya al 20% del total, por lo que estamos hablando de
alrededor de 10.000 negocios de posventa que actúan al margen de las reglas del
mercado, sin atender a los criterios técnicos de calidad de Industria y Consumo
y sin cumplir las obligaciones con el Fisco, la Seguridad Social ni la
normativa medioambiental.
De esa forma, al tratarse de
negocios que no están dados de alta en Hacienda ni en el Registro Especial de
Talleres de Industria escapan al control fiscal propiciando que se dejen de
ingresar 230 millones de euros anuales derivados no sólo del fraude en el IVA
-que no le cobran al cliente final- sino también de la evasión de los impuestos
derivados de su propia actividad, como son los tributos de Sociedades e IRPF.
Cuadro 1. Impacto de los talleres ilegales en la recaudación fiscal (en millones de euros)
Cifra de negocio sumergida
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1.000.000.000
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Recaudación IVA
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210.000.000
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Cuota IVA 21%
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21%
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Recaudación IS o IRPF
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20.000.000
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Cuota media IS/IRPF
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20%
|
Total merma de ingresos
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230.000.000
|
Fuente: Ganvam/Anfac
Asimismo, dado que los
empleados carecen de contrato de trabajo legal y, por tanto, no cotizan, estos
centros clandestinos también incurren en una fraude laboral, generando a la
Seguridad Social unas pérdidas cercanas a los 112,5 millones de euros anuales,
teniendo en cuenta que cada taller ilegal tiene una media de 1,5 empleados.
Cuadro 2. Impacto de los talleres ilegales en la Seguridad Social
Número de centros ilegales
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10.000
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Número de trabajadores *
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15.000
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Salario medio
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20.000
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Cuota media
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37,5%
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Total merma de ingresos
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112.500.000
|
*media de empleados por cada taller ilegal es 1,5
Fuente: Ganvam/Anfac
Al margen de los perjuicios
económicos que genera esta actividad sumergida, los talleres piratas también
tienen un impacto negativo para el propio consumidor final, que queda
completamente desprotegido al no disponer de facturas, presupuestos ni las
garantías de reclamación a las que tiene derecho por ley.
Esta falta de cobertura
legal supone además un riesgo para la seguridad vial, ya que no es posible
garantizar que los vehículos reciben una reparación segura; por no hablar del
impacto medioambiental de un negocio incapaz de garantizar el cumplimiento de
la normativa de gestión y reciclaje de los más de 38 tipos de residuos que
genera la actividad del taller.
Un 30% menos de facturación
en los últimos seis años
La proliferación de talleres
ilegales en estos últimos años ha venido a agravar la ya de por sí difícil
situación que atraviesa el sector de la posventa debido a varios factores como
la caída de las matriculaciones –más de un 60% en los últimos años- o el
envejecimiento del parque. En este periodo, la facturación en el sector de la
reparación retrocedió en cerca de un 30%, lo que explica que más de 6.200
talleres hayan tenido que echar el cierre en este periodo.
Concretamente, este sector
–que aporta el 1,2% del PIB- ha perdido entre 2007 y 2013 más de 12 millones de
reparaciones anuales como consecuencia, por un lado, del déficit de
matriculaciones que ha reducido en un 40% cuota de vehículos menores de cinco
años, los más rentables para el taller; y, por otro, la creciente antigüedad
del parque, donde cerca de un 50% supera los once años, lo que se traduce en
menos pasos por el taller, limitando las entradas a las reparaciones
estrictamente necesarias como son las averías mecánicas.
Un plan de acción urgente
En la reunión de hoy en la
que participaron el presidente de GANVAM, Juan Antonio Sánchez Torres, y el
vicepresidente ejecutivo de ANFAC, Mario Armero, junto con altos mandos del
SEPRONA, ambas asociaciones defendieron la puesta en marcha de un plan de
acción con el objetivo de luchar contra las reparaciones ilegales, a través de
la coordinación de los ministerios de Interior, Hacienda y Trabajo.
Entre las medidas
propuestas, el plan defiende centralizar las ventanillas de denuncias en el
Ministerio de Interior, de manera que sea esta cartera la que se coordine con
las autonomías para resolver cada caso, evitando, como sucede actualmente, que
muchas de las situaciones planteadas en las asociaciones regionales queden sin
resolver ante la falta de recursos de las comunidades autónomas.
Además de definir claramente
el papel de los actores implicados en la resolución de cada caso (Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado, Seprona, Agencia Tributaria, Trabajo), el plan
precisa de un calendario de inspecciones regionales derivadas de las denuncias,
que comience en las áreas geográficas con mayor actividad ilegal.
Además, también se contempla
la necesidad de intensificar los controles de los vehículos que no superen la
ITV, de manera que en la nueva revisión el conductor presente una factura o
certificado del taller alegando la reparación de los defectos del coche, lo que
garantizaría que la operación se ha realizado en un centro legamente
establecido. Para introducir esta exigencia, sería necesario modificar el Real
Decreto que regula la Inspección Técnica de Vehículos y también la normativa de
talleres estatal.
Por último, se incluye la
puesta en marcha de un plan de concienciación social que transmita e informe a
la opinión pública a cerca los perjuicios de acudir a estos talleres pirata, tanto
desde el punto de vista socioeconómico como medioambiental.
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