ACCIDENTE
Serena mañana de primavera; un
cielo celeste enaltece su belleza con las manchas de los cirros; dos aviones de
propulsión a chorro dibujan estelas blancas y rectilíneas; el color rojo del
semáforo de la rotonda, bajo el puente de la A-4, me sitúa en primera fila para
vislumbrar que se ha alterado la cotidiana monotonía de la circulación rodada:
“¿un control?, ¿un accidente?”
Foto: elcorreoweb.es |
Cuando reanudo la marcha, dejo a mi lado las franjas anaranjadas y blancas de los conos que en perfecta hilera
impiden el giro a la izquierda; un agente de la Policía Local lo confirma con
el movimiento de sus brazos; detrás del agente,
aparece un fugaz y caleidoscópico plano escénico: brillantes fragmentos
de vidrio que reflejan los rayos del sol; colorido amarillo, azul y blanco de
los vehículo municipales; ribetes verdes de los servicios de Emergencias (112); rojo
brillante del cuerpo de Bomberos; trajín de personas uniformadas… Mirando de
soslayo la secuencia de los interminables vehículos que se dirigen a la
glorieta, giro a la derecha y me incorporo a la Ronda Supernorte (SE-20).