domingo, 16 de diciembre de 2018

CEDA EL PASO


                                     SE ACERCA LA NAVIDAD


La Navidad comienza el 24 de diciembre con la celebración de la Nochebuena y finaliza el 6 de enero, festividad de los Reyes Magos. El mundo cristiano conmemora el nacimiento de Jesucristo el 25, día por excelencia de los que transcurren en ese espacio de tiempo. Pero yo pienso que cuando se publique este artículo, día 16, el ambiente navideño ya se habrá instalado, con más o menos intensidad, en nuestra vida cotidiana, aunque el calendario nos muestre que faltan algunas jornadas para la llegada oficial de esas entrañables fiestas…



El sábado día 1 de diciembre, víspera del primer domingo de Adviento —las cuatro semanas que preceden a la Navidad—, la Avenida de la Constitución de Sevilla se convierte en un tranquilo deambular de personas ociosas que esperan la llegada de la noche iluminada… El alumbrado, inaugurado el día anterior, es el madrugador preámbulo de lo que acontecerá en el último mes del año 2018 y la primera semana del 2019.

Bajamos del abarrotado Metrocentro en la parada del Archivo de Indias. Entre el edificio documental y la Catedral gótica hispalense, la tradicional “Feria de los Belenes” expone las figuras y adornos que conformarán los portales de Belén. En la parte superior de la puerta de San Miguel —uno de los diez accesos al templo catedralicio—,  el tímpano nos ofrece la escena de un Nacimiento inalterable desde el siglo XV. Con un agradable olor a castañas asadas, iniciamos el recorrido hacia el edifico plateresco que sirve de sede al Ayuntamiento de la ciudad. Vaivén de gente en una tarde serena… no muy fría. Afectuosos encuentros, apretones de manos, ósculos en las mejillas, sonrisas de los pequeños… Cante de villancicos al compás de palmas y panderos…

En el mismo escenario, dentro de la Sevilla monumental, luce la “Exposición y Venta de Dulces de los Conventos”. El Salón Gótico del Alcázar acoge, entre los días 6 y 9 de diciembre, el gustoso acontecimiento. Más de 6.000 kilos de joyas de la repostería... Colas interminables de compradores pacientes. Desde hace siglos, se hornean en los obradores de las congregaciones de toda la provincia: las yemas de San Leandro, los bizcochos marroquíes de las Concepcionistas de Osuna o las Carmelitas Descalzas de Écija, los cortadillos del Convento de San Clemente de Sevilla, los suspiros de monjas, los huesos de santos, el tocino de cielo…

En la noche del día 7, la Plaza de San Francisco inaugura su especial iluminación que mejora el brillo del austero alumbrado… Cerca del lugar, la música y las canciones de las tunas —jubones, capas, bandurrias, guitarras, bailes de banderas y panderetas…— envuelven el monumento de la Inmaculada Concepción en la Plaza del Triunfo…

En estos días de visitas a eventos, almuerzos de empresas, reuniones de amigos, reencuentros con antiguos compañeros —en los que se prodigan los trajines de vehículos y las potenciales ocasiones para ingerir alcohol, con el sentido común de unos y las imprudencias de otros—, llegan las campañas especiales de la DGT. En el transcurso del pasado puente de la Constitución y de la Inmaculada, hubo una campaña especial; en esta semana, del 10 al 16, Tráfico ha puesto en marcha otra campaña  contra el alcohol y las drogas; y en las próximas fiestas, se volverán a intensificar las medidas encaminadas a la mejora de la circulación y la seguridad.

Para ello, además de los medios humanos —más de 800 funcionarios y personal técnico especializado—, la DGT cuenta con sistemas instalados en las carreteras que permiten conocer el estado de la circulación y comunicar las incidencias a los conductores: cámaras de televisión, estaciones de toma de datos, helicópteros, paneles informativos y la web de la DGT.

El día 22 de diciembre, tendremos el sorteo de Navidad con las inconfundibles voces de los niños de San Ildefonso —más de dos siglos cantando los números de la Lotería Nacional—. Muy pocas personas serán agraciadas con una cuantiosa cantidad, algunas más se conformarán con la pedrea y la gran mayoría se consolará con la manida expresión: “Lo importante es tener salud”.

Es indudable que la Navidad es una fiesta ampliamente compartida —por fe o por tradición—. En algunos casos, nuestro ánimo nos llevará con entusiasmo a todos los momentos festivos; en otros —ausencia de seres queridos, salud quebradiza, malogrados proyectos…—, un halo de tristeza nos provocará rechazo o indiferencia.


En cualquier caso, con mis mejores deseos, feliz Navidad.

Fernando Monge
16/diciembre/2018
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