domingo, 16 de diciembre de 2018

EL TRANSPORTE PÚBLICO PROPONE UN “BILLETE GRIS” ANTE LA ACTIVACIÓN DEL PROTOCOLO ANTICONTAMINACIÓN


Si en Madrid un abono mensual zona A cuesta 54,6 euros, este título costaría 1,8 euros; es decir, el coste diario del abono

La Asociación de Transportes Públicos Urbanos y Metropolitanos (ATUC Movilidad Sostenible) propone un “billete gris” ante las restricciones al tráfico privado para combatir los episodios de alta contaminación. Máxime en días como hoy, en los que en Madrid los vehículos sin etiqueta ambiental no podrán circular hasta las 22 horas por la M-30 ni por su interior como consecuencia de la activación, por primera vez, del escenario 2 del nuevo protocolo anticontaminación.



Este “billete gris” se convertiría en un título específico que permitiría a los usuarios afectados por esas restricciones y obligados a usar el transporte público pagar un importe proporcionalmente directo al que abonan los viajeros habituales. Así, si en Madrid un abono mensual zona A cuesta 54,6 euros, ese billete diario costaría 1,8 euros; es decir, el coste diario del abono.

La propuesta de Atuc pretende ofrecer alternativas de desplazamiento durante los días en los que se active el protocolo anticontaminación. Asimismo, contribuiría a lograr un cambio modal por el que cada vez más gente se decidiría a aparcar sus vehículos y a subirse al transporte público, lo que a su vez reduciría drásticamente los niveles de contaminación. Y es que si el tráfico causa la mitad de las emisiones registradas en los centros urbanos, más del 90% corresponden al tránsito de coches y motos.

Y ello resulta especialmente preocupante en España, dado que se trata de uno de los nueve países europeos instalados en el incumplimiento sistemático de la normativa contra la contaminación del aire, que cada año provoca más de 38.000 muertes en nuestro país, según el último estudio de la Agencia Europea de Medio Ambiente.

Nunca gratuito

Atuc sugiere equiparar el coste de los títulos para usuarios habituales y excepcionales durante los episodios de alta contaminación, pero puntualiza que el transporte público nunca debería ser gratuito, por mucho que en ocasiones surjan propuestas arbitrarias desde el ámbito político o de la opinión pública que desvirtúan la esencia del sistema.

La asociación arguye que el precio no es un factor decisivo para aquellos que optan por ir en coche, máxime teniendo en cuenta que los costes de desplazarse en vehículo privado pueden llegar a cuadruplicar a los del desplazamiento en transporte público. Asimismo, argumenta que la gratuidad transmite la idea de que se regala el transporte al que causa el problema, y que no se puede premiar a quienes al día siguiente a una jornada de restricciones al tráfico volverán a coger sus coches.

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