viernes, 14 de septiembre de 2018

AMDA: EL DIÉSEL NECESITA DE POLÍTICAS MÁS MEDITADAS Y NOTICIAS MENOS ALARMISTAS


Ya hemos dejado atrás aquellas humaredas que los diésel producían y aquellas toxicidades que detectábamos al respirar cuando circulábamos detrás de un automóvil, camión o furgoneta diésel. Un motor diésel de última generación poco o nada tiene que ver con el de un vehículo de gasoil de antes del año 2000. Los sistemas actuales de inyección trabajan a una muy alta presión y usan inyectores de alta tecnología. Las normas europeas anticontaminación exigen que los gases de escape salgan mucho más limpios que en décadas anteriores.


Se recurre a varios sistemas para conseguir que un diésel sea lo más limpio posible:

Comenzamos por el filtro de partículas, que va instalado en el escape. Filtra los gases de escape mediante una serie de tamices metálicos muy finos, quemando las partículas en suspensión de los gases de escape. Para ello, necesita de una temperatura muy alta para funcionar correctamente, que sólo se alcanza tras varios minutos de funcionamiento.
La EGR, la válvula de recirculación de gases de escape, también reduce la emisión de partículas contaminantes desde el motor.
Los diésel más modernos, y fabricados a partir del año 2009, equipan sistemas anticontaminación adicionales. El más conocido es el sistema de inyección de AdBlue sobre los gases de escape. El AdBlue es un líquido sintético que se rocía sobre los gases de escape, reduciendo las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), un compuesto contaminante inherente a la quema del gasóleo. Algunos coches evitan usar el AdBlue y recurren a una trampa de NOx, que viene a ser una versión avanzada de un catalizador. Todos estos sistemas añaden complejidad a un diésel moderno.
Es importante que estos sistemas no fallen de forma prematura ya que son muy complejos y es primordial que hagamos un mantenimiento apropiado. “Desde AMDA aconsejamos mantener los coches diésel pertenecientes a las últimas generaciones en concesionarios oficiales, por contener una mayor complejidad y tecnología para las cuales nuestro personal de mantenimiento recibe cursos y formación continua”, afirma Moisés González, Presidente de la Asociación Madrileña de Distribuidores de Automóviles.

Por ello, sería primordial que en estos motores tan complejos y apretados se respetase de forma escrupulosa los plazos de mantenimiento. El cambio de aceite del motor debe hacerse puntualmente, y no se debe estirar la cita con el taller más allá de los plazos recomendados por el fabricante. Igualmente, es necesario emplear aceite de calidad Premium. Importante es vigilar el AdBlue porque se va consumiendo. También es importante que se mire el buen estado de la EGR y el filtro de partículas.

Los motores diésel siempre han sido los mejores para recorrer largas distancias con un bajo consumo. Los sistemas anticontaminación modernos necesitan de una temperatura alta y un régimen constante para funcionar correctamente, por lo que es importante cuidar el motor haciendo una conducción lo más respetuosa posible con el medio ambiente y con el propio vehículo.

No obstante, el problema de calidad del aire de las ciudades no es tanto el CO2 como otras partículas que emiten los vehículos diésel. En este sentido, sería importante que  hubiera desde el Gobierno un enfoque integral para el sector de la distribución del automóvil que recoja una fiscalidad nueva y más verde que fomente la renovación del parque; la unificación de estos temas en todo el territorio español; así como el fomento del vehículo eléctrico y de bajas emisiones.

La futura subida del impuesto al diésel no debe justificarse por las emisiones contaminantes de éste. Los vehículos nuevos diésel emiten hasta un 84% menos de emisiones contaminantes NOx y un 90% menos de partículas que los vehículos de gasoil con más de 15 años. Una mayor innovación tecnológica ha ayudado progresivamente a disminuir el NOx y las partículas que emiten los motores diésel, igualándolos así a los de gasolina. Las nuevas tecnologías que mencionábamos antes están contribuyendo a que se consigan mayores reducciones. Además, gracias a las mayores exigencias introducidas por los nuevos reglamentos WLTP y RDE, las emisiones de los vehículos cada vez van a ser más bajas.

“Todas estas noticias alarmistas sobre el diésel –que se escuchan continuamente- están generando una incertidumbre entre los consumidores, tanto entre los que acaban de adquirir un vehículo diésel nuevo como entre los que piensan comprar uno, que no benefician a nadie: Perjudican a los concesionarios, a los fabricantes, a los ciudadanos que ya tienen un vehículo diésel, al mercado de segunda mano de vehículos diésel y a todos aquellos que necesitan cambiar su vehículo, pero especialmente al transportista profesional, tenga la categoría de vehículo que tenga”, asegura Moisés González, Presidente de AMDA.

Lo razonable sería que se pactaran unos plazos adecuados y unas políticas no agresivas para que hubiera una transición no forzada hacia una movilidad eléctrica y de bajas emisiones.

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