Pide diálogo del Gobierno con
los sectores implicados y un acercamiento amplio que valore medidas
alternativas al mero incremento de la presión fiscal
Ante las distintas informaciones publicadas en medios en los últimos días, que
hablan de un incremento de la presión fiscal al combustible diésel para equipararlo
con la gasolina, la asociación española de fabricantes de vehículos ANFAC
reclama diálogo con las administraciones implicadas de cara a enfocar las
cuestiones relativas al diésel desde un punto de vista integral y transversal.
Es necesario abordar los problemas del parque automovilístico en su conjunto,
como es el preocupante envejecimiento del mismo, yendo más allá de una mera
subida de impuestos. Alertamos además de las implicaciones que esta subida
puede tener sobre la industria de la automoción, sobre el medio ambiente y
sobre sectores como el transporte.
Desde ANFAC, rechazamos que se
justifiquen las subidas de impuestos al carburante diésel por cuestiones
medioambientales. En este sentido, debe quedar claro que los vehículos diésel
nuevos, que cumplen ya la normativa Euro 6, tienen muy poca diferencia en
emisiones de NOx y Partículas respecto a un vehículo gasolina y que, además,
tienen una ventaja importante respecto a emisiones de CO2, con muy bajas
emisiones.
REDUCCIÓN DRÁSTICA DE LA CUOTA
DE MERCADO
Esta mayor presión fiscal
redundará en una reducción drástica de la cuota de mercado en España de
vehículos diésel, cuando ya se está produciendo de forma natural en los últimos
años. Esto impacta de manera importante en las previsiones de producción de las
fábricas españolas que no van a disponer de plazo razonable para adaptar su mix
de fabricación.
España es un fabricante de
vehículos de relevancia mundial y europea y, precisamente, los vehículos diésel
tienen una cuota del 42% en la producción. El resto de países de la UE, con la
excepción de Reino Unido, tienen un impuesto del gasóleo inferior que el de la
gasolina. Muchos de esos países son competidores de España en fabricación de
vehículos y grandes productores de vehículos diésel.
Además, esta previsible
drástica reducción de cuota no va a suponer una mejora de la cuota de mercado
de vehículo alternativo. Estos necesitan políticas específicas para incrementar
su demanda con no tiene nada que ver con un aumento de la fiscalidad de los
combustibles.
En cualquier caso, debe
tenerse muy presente el efecto muy negativo que tiene sobre el transporte de
mercancías. Un sector transversal y que afecta de forma directa sobre el
crecimiento económico. Especialmente importante sería el efecto negativo sobre
el transporte ligero si no puede acceder al gasóleo profesional con menor
imposición.
ALTERNATIVAS A LA PRESIÓN
FISCAL
Es innegable decir que el
sector ya soporta una fuerte presión fiscal. En 2017 las arcas públicas
ingresaron del sector del automóvil 28.000 millones de euros en impuestos y
tasas. El sector no está preparado para soportar 2.100 millones de euros
adicionales. Esta presión fiscal puede suponer un freno a la renovación del
parque con el consiguiente efecto negativo sobre el medioambiente y la seguridad
vial.
Por ello, el objetivo hacia
una transición ecológica en el sector del automóvil debe estar basado en una
nueva fiscalidad orientada al uso que contemple la unificación del impuesto de
matriculación y del de circulación con un enfoque medioambiental integral y
medidas que impulsen el achatarramiento
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Solo comentarios relacionados con la información de la página.