La
industria del motor tiene claro que la revolución digital está a la vuelta de
la esquina y quien no acelere sus procesos se quedará en tierra para siempre.
De esa forma, las directrices del mercado prometen cambiar en los próximos años
de manera que el ecosistema digital del coche creará más negocio y riqueza que
la venta del vehículo en sí mismo.
A grandes rasgos, el software
tendrá más valor que el hardware. Las anteriores conclusiones se desprenden de
un estudio de KPMG, elaborado entre 1.000 altos directivos del sector, en el
que también se apunta que "un vehículo digitalizado y conectado generará
más beneficios que coches no conectados". La expresión máxima de los
coches digitales son los denominados automóviles autónomos, es decir, aquellos
que no requieren del concurso humano para su circulación.
El informe asegura que "un 76%
de los encuestados está de acuerdo con que un vehículo digitalizado y conectado
generará más ingresos que diez vehículos no conectados". Ante esta
situación, el 82% de los directivos da por hecho que alguna gran compañía
tecnológica irrumpirá en el negocio del motor con su propio modelo. Pero, al
mismo tiempo, los mismos expertos creen que "que un coche de Silicon
Valley se ensamblará en una cadena de una de las empresas tradicionales del
sector".
Lo que no queda claro son cuáles
serán las relaciones que mantendrán las firmas automovilísticas tradicionales
con las tecnológicas. El 45% apuesta por la cooperación y el 55% aboga por una
situación de tensión competitiva entre ambas. Según Francisco Roger, socio de
KPMG responsable del sector de Automoción, la industria del motor "se
mueve ahora entre dos mundos: el offline y el online, y ambos coexistirán y se
entrelazarán. Lo que está en juego es quién ocupará cada lugar en la nueva
cadena de valor, pero no hay duda de que el cliente estará en el centro".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Solo comentarios relacionados con la información de la página.