El 95% del biocarburante se produce
con materias primas importadas
El biodiésel que se consume en
España emite 2,5 veces más CO2 que el diésel normal, refinado del petróleo, si
en el cómputo se incluye el cambio de uso del suelo que provocan las
plantaciones de especies vegetales oleaginosas con que se fabrica. El bioetanol,
con los mismos criterios, emite la mitad de dióxido de carbono que la gasolina.
Los datos proceden de un documento
elaborado por Ecologistas en Acción que extrapola a España las conclusiones del
informe denominado Globiom, encagado por la Comisión Europea a las consultoras
IIASA, Ecofys y E4Tech para analizar el impacto climático de los biocarburantes
en el conjunto de la UE. La metodología que aplica tiene en cuenta todo el
ciclo de vida de los biocombutibles, incluyendo las materias primas con que se
fabrican, como los aceites de plama y colza, la remolacha azucarera, los
aceites usados o las grasas animales.
El Globiom analiza los
biocarburantes de primera generación -los de segunda emplean otras materias
primas, como la celulosa- y la Comisión lo usó el año pasado durante la reforma
de las directivas de renovables y de calidad de los carburantes, que se saldó
con una reducción del peso de los biocombustibles de primera generación en el
transporte europeo: si antes tenían que cubrir un 10% de la demanda en 2020,
ahora sólo será un 7% y el otro 3% será para la electricidad y los de segunda
generación.
Cambio de uso del suelo
El resultado del informe de la ONG
ecologista es demoledor para el biodiésel consumido en España: teniendo en
cuenta el cambio de uso del suelo -conocido como ILUC, por sus siglas en
inglés-, el biocombustible emite de media un 253% más que su equivalente fósil;
únicamente el fabricado a partir de residuos -aceites usados y grasas animales-
emite menos que el gasóleo convencional, una décima parte.
La razón de esta gran diferencia
está en el CO2 emitido por la deforestación indirecta que causan las
plantaciones de especies vetgetales a partir de las que se fabrica el
biocarburante. El peor de los resultados es para el biodiésel elaborado con
semillas de palma africana -prohibido en Reino Unido por su impacto ambiental-,
cuyas emisiones llegan a ser tres veces superiores que las de su equivalente
fósil.
El principal foco del problema está
en Indonesia y Malaisia, grandes exportadores de aceite de palma, porque allí
el ILUC afecta a bosques vírgenes y turberas, que son sumideros de CO2.
Sólo el 4,9% es autóctono
Según los datos aportados por la
Comisión Nacional de los Mercados y la Competenecia, durante 2015 en España se
consumió algo más de un millón de metros cúbicos de biodiésel, de los que sólo
el 4,9% provenía de materias primas autóctonas; el 75% se fabricó con aceite de
palma, seguido por un 11% de residuos de aceites y grasas animales.
En el caso del bioetanol, que emite
la mitad de CO2 que la gasolina, se consumieron 375.000 metros cúbicos,
provenientes del maíz (74%) y la caña de azúcar (18%). El 16% de estas materias
primas fueron cultivadas en España.
Fuente: ElEconomista.
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