Después de más de dos meses de
verano, llega septiembre y con él la famosa vuelta al cole. A día de hoy, que
todos los niños están ya de nuevo en las aulas después de la escalonada
incorporación por edades, no está de más hacer un repaso a cuatro sencillos
consejos que harán del trayecto a clase un camino seguro, sobre todo si van en
coche. Arval, expertos en movilidad, nos da las claves:
Ojo con las puertas y ventanas del
coche
Aunque generalmente estamos
hablando de trayectos cortos y dado que siempre vamos con la hora justa,
conviene tomarse unos segundos para revisar que los mecanismos de seguridad
para los más pequeños están activos y funcionan correctamente. De esta forma,
antes de arrancar, cierra siempre el coche por dentro y activa el bloqueo de puertas
y ventanas traseras para que los niños no puedan abrirlas.
En el asiento trasero y a
contramarcha
También es muy importante recordar
que los niños con una estatura inferior a 135 centímetros deben, no sólo
utilizar un sistema de retención infantil (SRI) homologado, sino viajar en el
sentido contrario a la marcha hasta que cumpla los cuatro años para minimizar
los daños en caso de accidente. Cuidado, que no se trata de colocar del revés
la sillita, sino de utilizar una específica para esta posición. Además, para
lograr plena efectividad, no debe ir nada suelto en la bandeja porque, en caso
de colisión, todo saldría proyectado.
La seguridad empieza con el ejemplo
La mejor prevención es
sensibilizarlos desde pequeños. Por eso, debemos acostumbrarnos a llevar
siempre puesto el cinturón de seguridad para que los niños acaben por tomarlo
como una rutina. Bajo ninguna circunstancia se debe llevar al pequeño en el
regazo o “protegido” con el mismo cinturón que utilice el adulto que lo lleve
en brazos. También es importante recordar que los menores deben ir en los
asientos traseros del vehículo, excepto cuando sea un coche biplaza o estén ya
ocupados por otros menores.
Mejor en compañía
Por otro lado, también es
recomendable que el niño vaya acompañado por un adulto si todavía no tiene la
suficiente autonomía. Puede darse el caso de que si se inquieta o llora durante
el trayecto, cause un estrés innecesario en el conductor que puede derivar en
distracciones peligrosas al volante.
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