La
llegada del verano implica un aumento en las temperaturas y los desplazamientos
-Tráfico estima que este verano se producirán 83 millones de viajes de larga
distancia- y, con ellas, los
riesgos.
Lo
importante es llegar tras un viaje ameno para poder disfrutar del merecido
descanso. Hemos recogido varios consejos que conviene recordar para hacer que
los kilómetros pasen de forma segura y llevadera:
1.
Preparación, preparación, preparación
Antes de
hacer cualquier viaje de muchos kilómetros, hay que revisar el funcionamiento mecánico del vehículo. Los
niveles de fluidos como aceite y refrigerante o el estado de los frenos son
fundamentales.
Lo que sí
es imprescindible es revisar el estado de los neumáticos. Son los elementos sobre
los cuales reposa todo el peso del vehículo y de los que más sufren con el
calor (que aumenta con la fricción). Hay que comprobar su presión, desgaste,
alineación y 'marcas sospechosas' como grietas para evitar sustos.
También
es recomendable revisar el sistema de aire acondicionado, rellenarlo en caso de
que lo requiera y revisar los filtros de aire, que suelen cambiarse cada dos
años o 15.000 kilómetros.
Antes de
salir, conviene planificar la ruta y anticiparse a las congestiones de la
carretera y horas puntas.
2. Estar
cómodo hace maravillas
Los
viajes largos implican estar sentados muchas horas tras el volante, normalmente
bajo el inmisericorde sol estival y, a veces, en atascos que parecen
interminables. Mantener la calma es importantísimo, y si te pica una etiqueta o
los pantalones te hacen sudar, es fácil irritarse y distraerse.
La ropa
fresca es tu mejor aliado. Tejidos naturales finos como algodón y lino dejan
entrar suficiente aire y no harán transpirar como sus contrapartes sintéticos.
Aunque pueda parecer contradictorio, las
mangas largas son recomendables, pues evitan el contacto constante del
sol en la piel. Conducir sin camiseta no es muy sensato ya que puede causar
rozaduras con el cinturón.
Las
zapatillas óptimamente serán ligeras y finas, pero siempre cerradas, ya que
conducir con chanclas puede
comprometer la seguridad de la conducción, al salirse con facilidad o
engancharse en los pedales. Si bien no está tipificado concretamente como
infracción, dependerá del agente determinar si "los conductores están en
todo momento en condiciones de controlar sus vehículos" ymuchos se han topado ya con 80 euros de multa.
3. Helio,
el astro Rey
No hace
falta que subrayemos la potencia del sol en nuestro país. Pero por ello,
conviene evitar conducir bajo las horas cuando más intenso es. El calor afecta
tanto a los conductores como a los vehículos, poniendo a prueba su resistencia
mecánica. Por ello, siempre atentos al indicador de temperatura del motor.
Hay que
evitar las horas más calurosas. Salir con las primeras y últimas luces es una
buena idea, la frescura del amanecer suele coincidir con menor congestión y se
hace ameno. El mediodía es la peor hora para conducir y, a menudo, es mejor usarlo para descansar a la sombra.
Por otra parte, hay que tener cuidado con los rayos rojos del atardecer, pues
producen somnolencia.
Hablando
del sol, un elemento imprescindible son las gafas. Si tienes miopía,
hipermetropía o astigmatismo, unas
gafas de sol graduadas te cambiarán la vida a la hora de conducir.
Sólo hay que tener presentes los cambios de contraste al entrar en túneles.
4. El
viaje
A la hora
de salir, hay que procurar no cargar demasiado el coche. Cinco pasajeros, un
perro, maletero y baca a rebosar y el aire acondicionado a la máxima potenciano suelen ir aparejados a una eficiencia de
combustible o a un control predecible del coche.
Es
importante que no reste visibilidad la carga, que cada pasajero tenga sus
dispositivos de seguridad bien puestos: si son niños, en su sillita; en el caso
de los animales, con la correa enganchada a la fijación del cinturón.
Es
conveniente mantenerse hidratado (ni una gota de alcohol, por supuesto) y que
las comidas sean ligeras. De hecho, es la excusa perfecta para beber esa
maravilla estival que es el gazpacho.
No hay
que abusar del aire acondicionado y llevarlo al máximo de potencia con el
mínimo de temperatura. El choque
térmico es algo muy real, y salir de 17º a 38º al descansar no es
agradable. Lo que nos lleva a...
5.
Paciencia
No te
tomes el viaje como algo negativo que debe acabar cuanto antes. Las pausas para
descansar cada dos horas son aliadas para mantenerse tranquilos y concentrados.
Es mejor hacer más pausas que circular con prisa iracunda.
Asegúrate
de que todo ayuda más de lo que afecta tu paz mental: que la música sea animada
pero no agobiante, que los pasajeros tengan sus distracciones para que no se
conviertan en las tuyas.
Piensa
que tu viaje es la primera etapa de tus vacaciones, no un suplicio inevitable.
Disfruta de él y cuando llegues, aparca
en la sombra.
Y nunca, nunca, dejes a niños o animales en el
coche cerrado al sol.
¡Buen viaje!
Fuente: elmundo.es
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