Entre ellas, hacer visibles todos los radares y el
traslado de muchos de ellos, móviles, a las carreteras secundarias, que
concentran el 80 por ciento de los accidentes con víctimas.
Además, los radares distinguirán el tipo de vehículo que
ha cometido la infracción para así aplicar la sanción en función del límite de
velocidad establecido para ese tipo, y actuarán con criterios homogéneos en
todo el territorio con competencia de la DGT.
Y para impulsar aún más el carácter preventivo de esa
medida, Tráfico publicará periódicamente en su página web los 1.200 tramos de
vías en los que se intensificará la vigilancia de la velocidad.
Todos los radares deben funcionar de la misma manera, ha
enfatizado Seguí, y, por supuesto, aplicar el margen de error legalmente
establecido.
Como ha recordado, el radar se activa cuando se
sobrepasan en 8 kilómetros por hora el límite de velocidad establecido, desde
30 a 90 kilómetros por hora, en tanto que se disparará cuando detecte una
velocidad de 109 kilómetros por hora en un límite de 100, y cuando se percate
de que se circula a 120 cuando el límite es 110.
Mientras, en los tramos limitados a un máximo de 120
km/h, saltará a 131, y también lo hará a 131 cuando se eleve el límite máximo
de velocidad a 130 en determinados tramos de autovías y autopistas.
“La denuncia no es, en ningún caso, el objetivo final”,
ha enfatizado la directora de Tráfico, que ha explicado que su departamento no
adquirirá más radares y mantendrá los 850 actuales entre ellos los Pegasus,
incorporados a helicópteros.
Quiere la DGT hacer visibles todos los radares, siempre y
cuando no afecte a la integridad de los agentes de
la Guardia Civil, como medida de “disuasión y
prevención”, según Seguí, que ha señalado que en los próximos meses se
reemplazarán 30 móviles de punto por otros tantos de tramo.
Seguí ha dicho también que los agentes de la Agrupación
de Tráfico de la Guardia Civil han recibido la instrucción de dedicar un tercio
de su labor a vigilancia, otro tercio a asistencia y el tercio restante a
campañas de control.
Después de ofrecer las cifras de siniestralidad en las
carreteras durante el pasado año -1.128 fallecidos-, Seguí ha incidido en
algunas causas del aumento de accidentes en enero, como la antigüedad del
parque de vehículos, la mayor movilidad por la bajada de la gasolina y por la
recuperación económica, o el consumo de drogas.
La DGT “no busca excusas, porque lo fácil sería
excusarse”, ha añadido su máxima responsable antes de recordar que España
cuenta con unas de las cifras más bajas de siniestralidad entre los países
europeos, que “nos consolidan como uno de los países más seguros”.
Pero esto “no significa que nos demos por contentos”, ha
subrayado.
Y como Tráfico tiene diagnosticadas las causas de la
accidentalidad, el organismo que dirige Seguí está trabajando en ellas porque
no actúa por “impulsos, ni por intuiciones ni modas”, sino evaluando los datos
de los que dispone.
Ha valorado el actual modelo de gestión, que ha permitido
adelantarse e cinco años a algunos de los objetivos de la Estrategia de
Seguridad Vial 2010-2020, por lo que estos se revisarán centrados en las
intervenciones sobre las personas y las localizaciones de más riesgo.
Los portavoces de los grupos parlamentarios han saludado
las medidas adelantadas sobre los radares, aunque han pedido otras relacionadas
con el mantenimiento de las carreteras o con la educación vial.
Algunos, como el diputado de CiU Jordi Jané, han
reprochado a Seguí su “cierto triunfalismo”, y otros, más duros, como el
representante del PSOE Carles Corcuera ha acusado a la directora general de que
le “sobra prepotencia y le falta mucha humildad”.
María Seguí ha visto en algunas intervenciones un cierto
tono de campaña electoral y ha zanjado: “Esa no es mi guerra. La mía es dirigir
un organismo que se ha ganado una posición en esta materia para erradicar una
pandemia mundial”.
Todos los radares de tráfico aplican ya el margen de
tolerancia del 7 %
Todos los radares, tanto fijos como móviles, aplican
desde hoy el mismo margen de tolerancia en los excesos de velocidad en las
carreteras, del siete por ciento, y también desde hoy los incorporados en los
coches de la Guardia Civil son totalmente visibles.
La directora general de Tráfico, María Seguí, ha ofrecido
hoy una sesión informativa para explicar los detalles de la nueva política de
gestión de la velocidad de su departamento, que incluye una serie de medidas y
cuyos resultados se evaluarán en un año.
Objetivo: reducir la siniestralidad, sobre todo en las
carreteras convencionales o secundarias, donde el pasado año murieron 892
personas.
En esa estrategia, que se aplicará en el territorio de la
DGT -las vías interurbanas de todo el país salvo Cataluña y País Vasco, que
tienen sus propias competencias en Tráfico-, este organismo ha previsto
publicar en su página web los 1.200 tramos que cada mes serán objeto de una
especial vigilancia en el control de velocidad, y ha adaptado los radares para
que diferencien el tipo de vehículo que se sanciona.
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