martes, 9 de diciembre de 2014

¿POR QUÉ HUELE MAL EL AIRE ACONDICIONADO DEL COCHE?


Hemos preguntado a los especialistas del portal Coches.com, que recomiendan una serie de consejos para cuidar el coche y para el correcto funcionamiento del aire acondicionado durante los meses de verano:


Vigila la temperatura de tu motor. El indicador suele estar en el salpicadero al lado del indicador de combustible. En frío, estará en la posición más baja, pero a los 5-10 minutos debería alcanzar la temperatura óptima (unos 90 grados). Eso sí, la aguja nunca debe llegar a la zona roja si no quieres quemar el motor. Si lo hace, una solución de emergencia es poner la calefacción del coche al máximo posible, ya que así liberas calor del motor y evitas un mal mayor.
En verano los neumáticos alcanzan una mayor temperatura, sobre todo circulando rápido. Si llevamos la presión demasiado baja, la banda de rodadura se calentará más todavía, algo que acortará su vida hasta en un 15%. Por eso, entre nuestros consejos para poner el coche a punto antes de hacer un viaje, recomendamos revisar la presión de las ruedas. Los neumáticos son susceptibles de padecer problemas como consecuencia directa de las elevadas temperaturas del asfalto. En 2012 se produjeron alrededor de 150.000 pinchazos durante los meses de verano.
Para frenar, las pastillas de freno rozan contra el disco. Esto genera calor y en verano las temperaturas que alcanzan son todavía mayores. Además, debido al calor exterior, es más difícil su refrigeración. Estas circunstancias provocan que sea más fácil que los frenos se sobrecalienten. El coche frena mucho menos y se acorta la vida del líquido de frenos y los discos pueden deformarse. Para un buen mantenimiento de los frenos, en bajadas prolongadas, utiliza marchas cortas para pisar menos los frenos y evitar la conducción agresiva.
Intenta aparcar en la sombra, sobre todo en las horas centrales del día. Ten en cuenta también los movimientos del sol, quizá en el momento de dejar el coche se quede al sol, pero al rato estará a la sombra. Siempre colócale un parasol en el parabrisas delantero (y si quieres también en el trasero) y utiliza protectores para el volante. Te evitarás esos “momentos terribles” de volver a conducir y quemarte las manos, lo que aumentará tu seguridad.
Lava el coche de forma regular. Los más sibaritas pueden utilizar cera con absorbente para rayos ultravioleta, que protege la pintura del coche de los daños causados por el sol. Las partes de cuero y vinilo del interior requieren también una limpieza especial para que no envejezcan rápidamente.

El aire acondicionado en verano es prácticamente imprescindible. Uno siempre puede enfriar un poco el coche con algún truco casero como este, pero a la hora de la verdad un sistema de climatización en buenas condiciones es lo único que te salvará del calor.

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