Fotografías: Alicia Sornosa |
Después de más de 20.000
kilómetros en los que ha recorrido el norte de Europa hasta llegar a Moscú, ha
cruzado países como Kazajistán, ha atravesado el duro desierto del Gobi, en
Mongolia y ha tomado la famosa y complicada carretera Transiberiana para llegar
hasta Khabarovsk, desde donde se ha dirigido por uno de los caminos menos
transitados y sin asfalto hasta Vanino, desde donde ha tomado el primer ferry
hacia la desconocida isla rusa de Sakhalim para arribar de nuevo en ferry a las
costas nortes de Japón.
Ha recorrido de cabo a rabo
la isla de Hokkaido, donde la vida de estos japoneses, en su mayoría pescadores
y agricultores, le ha llamado mucho la atención de la periodista. Desde el sur,
en Hakodate tomó otro ferry para dirigirse a la isla de Tokio, quedándose
prendada de la ciudad de Kyoto, con su vida tradicional y tan moderna a la vez.
Desde allí, otros 1500 km
hasta la capital, Tokio, a la que llegó justo el día que el volcán de Nagoya
comenzó su actividad, librándose por los pelos de vivir tan desagradable
situación.
Ahora está en Tokio, la
capital del pueblo nipón, desde donde homenajea los 400 años de relaciones
entre ambos países, que se celebran este año “dual”.
Con el reto de poder ayudar
a los niños de Nalajh (Mongolia) cumplido con creces, la aventurera está
deseando regresar a su país.
Además, nos adelanta que a
partir del 30 de octubre en Garaje TV (de Canal +) en el programa Motos x 1000,
se comenzarán a emitir los viernes y domingos los capítulos de esta aventura,
que esperamos enganchen a más de uno. Una serie de la que próximamente os
enviaremos más información.
“Ha sido un viaje de los más
duros que he hecho, la parte del desierto del Gobi, por la que pasé muy rápido,
fue agotadora por el calor y el tipo de terreno, aunque estaba deseando llegar
a Ulán Bator y conocer a los niños de “La Otra Mirada” de Nalajh, para los que
llevaba un montón de gafas de sol donadas por Adidas Eyewear España y el dinero
de muchos de mis seguidores”
“ La espera en la frontera
rusa me hizo retrasar en casi una semana el viaje, consecuencias que ahora
sufro por el problema de transporte de la motocicleta desde Tokio”
“En Rusia la gente es seria,
pero si les tocas el corazón actúan de manera amigable y divertida, son muy
duros, pero me han echado una mano allá donde lo he necesitado”
“Los japoneses merecen un
capítulo a parte; son extremadamente organizados y sus ciudades están
impecables, el orden y el respeto al otro es parte de su filosofía. Disfruto
cada día con la gastronomía de este país”
La periodista dejó muy claro
la finalidad del viaje: recaudar fondos para los niños de una pequeña localidad
de Ulán Bator, ayudados por la organización española “La Otra Mirada”. Para
colaborar hay que donar desde un euro en la página web: www.aliciasornosa.com,
en el botón de “donar”. O hacerlo directamente en la web de la ONG.
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