Hasta ahora, siempre que se
ha hablado de coches autónomos, ha sido para hablar de vehículos normales y
moviéndose en escenarios convencionales (calles o autopistas) relativamente
controlados, aunque en tráfico abierto. De hecho, la legislación de aquellos
lugares (como el estado de Nevada en EEUU) donde se permite su uso, exigen que
a bordo vaya siempre una persona que pueda tomar los mandos en caso de un fallo
de los automatismos.
Yendo más allá, la
tecnológica Google presentó antes del verano su propio desarrollo de coche
autónomo que poco tenía que ver con un automóvil convencional y mucho más con
un mero medio de transporte para abueletes.
Todo esto salta por los
aires con el Audi RS7 piloted driving concept, que está previsto que ruede este
fin de semana en el circuito de Hockenhein, coincidiendo con la celebración de
la última prueba del DTM, campeonato alemán de turismos. Se trata de un
vehículo casi idéntico al modelo RS7 Sportback de serie, con un motor V8 de
cuatro litros y 560 caballos de potencia, aunque sin la velocidad máxima
limitada a 250 km/h, ya que puede alcanzar los 305 km/h.
Incluso dirección, frenos,
acelerador y cambio automático de ocho marchas son los mismos solo que en RS7
piloted driving concept... no hay ninguna persona que los maneje. Se trata de
un coche autónomo o autómata.
Para demostrar sus
capacidades, el prototipo realizará una vuelta completa al trazado, con
aceleración a tope en las rectas, frenada a fondo antes de los giros, precisa
entrada en curvas y re-aceleración perfectamente acompasada a la salida de
ellas. En las frenadas, las fuerzas de deceleración superarán los 1,3 g, y la
aceleración lateral en curvas puede llegar a 1,1 g. La marca cree que el coche
será capaz de completar la vuelta en unos dos minutos y 10 segundos y que
alcanzará una velocidad máxima de 240 km/h.
La plataforma tecnológica
utilizará para ello señales GPS especialmente corregidas para la orientación
sobre la pista. Estos datos precisos al centímetro se transmitirán al vehículo
de dos modos simultáneamente: vía WLAN según los estándares automovilísticos y
vía radio de alta frecuencia.
Al mismo tiempo y de forma
paralela, obtendrá información adicional de posicionamiento gracias a imágenes
de cámaras 3D, que serán comparadas en vivo con informaciones gráficas
almacenadas a bordo del vehículo. El sistema buscará en cada una ellas cientos de
rasgos conocidos, llegando incluso a detectar las líneas de las propias
edificaciones al fondo la pista.
Esta nueva prueba se suma a
la efectuada en 2010 con un TTS, que conquistó sin conductor el trazado de la
legendaria subida a Pikes Peak en Colorado, EE.UU. Para conocer en esta ocasión
el límite de adherencia cuando el Audi RS7 Piloted Driving conduzca solo por
Hockenheim, los ingenieros han realizado con anterioridad miles de kilómetros
de pruebas para extraer datos sobre el comportamiento del coche sobre diversos
tipos de vías.
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