Cuando el equipo de Cartivator
concibió su coche volador SkyDrive en una de sus sesiones de lluvia de ideas
hace ya más de cuatro años, nunca imaginaron que un gigante como Toyota se convertiría
en uno de sus inversores.
Lo confiesa a Efe Ryutaro
Mori, jefe de planificación de negocio de esta "comunidad voluntaria, que
no compañía" de ingenieros cuyo principio básico es "dar sueños a las
generaciones futuras".