Los vehículos con más de 25
años de antigüedad tienen unas características especiales que deben estar
cubiertas por el seguro para evitar futuros problemas
La gran duda que le surge a
todo dueño de un coche clásico es: ¿y si le pasa algo? Estos modelos, más allá
de un simple vehículo, son piezas de coleccionista en las que se invierte mucho
esfuerzo y dinero y cualquier desperfecto, por mínimo que sea, duele.
Lo primero que hay que tener
en cuenta es que, pese a que algunos se consuelan con tenerlos en el garaje, la
mayor parte de los dueños de un coche de estas características lo querrán sacar
alguna vez, algo que además es recomendable para mantener en buen estado el
motor del vehículo, que se debería arrancar al menos una vez al mes. Así que,
antes de nada, cabe recordar que como todo coche, se use mucho o poco, debe
tener en regla el seguro de circulación obligatorio. De nada sirve luego
lamentarse si ocurre cualquier percance en una vía pública.
Sin embargo,este tipo de
seguros habituales no cubren las necesidades específicos de un coche histórico,
que por lo general sobrepasan los 25 años de antigüedad. Para que la valoración
del mismo y, por tanto, el alcance del seguro (lo que se suele denominar suma
asegurada en el contrato) sean adecuados, lo mejor es acudir a compañías de
seguros especializadas en vehículos clásicos. Las distancias a recorrer en caso
de necesitar una grúa o el límite de kilometraje suelen ir aparejados a estos
seguros que conviene revisar detenidamente para que se ajusten a la función del
coche.
Qué no suelen cubrir los
seguros especializados
Aunque muchas veces no se
conduzcan demasiado, sí que pueden ser trasladados a largas distancias si
forman parte de una exposición, por ejemplo, por lo que también debe tenerse en
cuenta ya que se expone a más peligros. Los seguros de vehículos de colección
cuentan, por lo general, con una serie de requisitos mínimos. Por ejemplo, sólo
estaría contemplada la indemnización ante daños ocurridos con el conductor
autorizado, nunca otro distinto. La excepción sería que el coche estuviera en
un taller o garaje bajo custodia de terceros.
En caso de sobrepasarse el
kilometraje anual pactado o si se usara el vehículo para fines profesionales,
la compañía de seguros también podría negar la prestación de sus servicios.
Ocurriría lo mismo si el coche hubiera sido alquilado a una tercera persona.
Asimismo, dado que estos
coches históricos se usan a menudo en eventos, ha de tenerse en cuenta que la
participación en pruebas de velocidad, entrenamientos, carreras o en circuitos
de automovilismo pueden dar pie a que la compañía de seguros deniegue su
responsabilidad ante cualquier daño.
Para aquellos desperfectos
asociados con el desgaste natural pero también la humedad, la exposición solar
o la presencia de insectos, hongos o animales potencialmente dañinos, es más
que probable que el seguro incluya una cláusula haciéndolo constar.
El mantenimiento, clave para
la salud del coche clásico
Además de contar con un buen
seguro especializado, los expertos recomiendan seguir una serie de pautas para
alargar la vida útil del coche como son revisar el estado de la batería (en
muchos casos se desinstala ante largos períodos de inactividad) y comprobar el
refrigerante , líquido de frenos y el nivel de aceite del motor. Se habrá de
cambiar éste último si ha pasado más de medio año sin usarse.
La presión de los neumáticos
es otro punto determinante a tener en cuenta antes de ponerlo a rodar de nuevo.
Una vez comprobado, cuando se circule con el coche es conveniente estar atento
a cualquier ruido que pueda avisar de una avería, por pequeña que sea.
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