Si el tráfico causa el 50% de
las emisiones registradas en los centros urbanos, más del 90% corresponden al
tránsito de coches y motos
Hoy Día Mundial
Sin Coches, la asociación de transporte público Atuc urge a disminuir el número
de vehículos privados en circulación para reducir las más de 25.000 muertes que
provoca la contaminación del aire en España, según un estudio de Ecologistas en
Acción y la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Y es que, desde el punto de
vista medioambiental, España es uno de los nueve países europeos instalados en
el incumplimiento sistemático de la normativa contra la contaminación del aire,
que cada año provoca la muerte en Europa de unas 400.000 personas. Pues bien,
una de las principales causas de la contaminación atmosférica reside en el
tráfico rodado, responsable del 50% de las emisiones dañinas que se registran
en los centros urbanos y de las que más del 90% corresponden al tránsito de
coches y motos.
En este sentido, Madrid y
Barcelona han sido dos de las ciudades que más se han esforzado en reducir los
niveles de contaminación, en gran parte gracias a las restricciones al tráfico
que han acometido en sus centros urbanos y por las que nuestro país ha evitado
la multa con la que nos amenazaron desde Bruselas.
Así, las vías de actuación más
efectivas para reducir la contaminación del aire pasan, sobre todo, por
potenciar el transporte público, ya que sólo un autobús puede evitar la
contaminación que generan 50 coches. Sin embargo, a lo largo de la última
década la cifra de turismos en circulación se ha incrementado un 8%, hasta
superar los 20 millones. Y ello a pesar de que los costes de ir en vehículo
privado pueden llegar a cuadruplicar a los del desplazamiento en transporte
público.
Sea como fuere, el 81% de los
que todavía no utilizan el metro, los autobuses o los trenes de cercanías como
medio de desplazamiento habitual consideran que se trata de la mejor solución a
los problemas medioambientales.
Además, para potenciar el
transporte público, Atuc reclama que, en la revisión de los ahora cuestionados
impuestos medioambientales, especialmente el que atañe al diésel, se destinen
como mínimo 500 millones de euros anuales a su financiación, que podrían
destinarse a mejoras del servicio –sobre todo a aumentar la frecuencia de paso,
a reducir la duración de los trayectos y a renovar las flotas para hacerlas más
sostenibles-. Y es que la asociación calcula que si los autobuses, metros o
trenes de cercanías ofrecieran un todavía mejor nivel de servicio, más de tres
millones de españoles podrían empezar a usarlos.
Los atascos le cuestan a
España 5.500 millones de euros al año
Por otra parte, el excesivo
número de coches en circulación agrava el problema de los atascos, otra de las
más lesivas consecuencias del tráfico de vehículos privados. Unas retenciones
que le cuestan a España unos 5.500 millones de euros al año, al margen de
deteriorar la calidad de vida de quienes las sufren a diario. Máxime teniendo
en cuenta que los españoles pasan, de media, casi un día al año dentro de sus
coches, metidos en atascos. Sin embargo, y aunque los vehículos privados
permanecen el 90% de su vida útil estacionados, más del 80% del espacio público
está destinado a ellos.
En este contexto, la
asociación asegura que el futuro de las ciudades pasa por reconvertir los
modelos de movilidad para lograr un cambio modal que priorice el uso de metros,
autobuses, trenes de cercanías, bicicletas e incluso patinetes por encima de
los coches privados. Lo que coincide, al mismo tiempo, con la postura de la
Comisión Europea, desde donde se propuso eliminar gradualmente los vehículos
contaminantes y realizar una transición hacia una logística de emisiones cero
en los centros urbanos antes de 2030.
Según Jesús Herrero,
secretario general de Atuc Movilidad Sostenible, “los atascos y los efectos
colaterales derivados de la circulación no se solucionan poniendo más carriles,
de la misma manera que el sobrepeso no se arregla aflojándose el cinturón. De
esta forma, si la construcción de más carreteras puede agilizar el tráfico
durante un tiempo, esa fluidez acabará generando un efecto llamada con un claro
desenlace: donde antes había un atasco de tres carriles luego habrá una
retención de cinco. Por ello, cualquier actuación sensata, eficaz y realista
debe buscar la reducción del número de coches en circulación, para lo que
habría que apostar de forma decidida por medios de transporte colectivo,
sostenibles, fiables, accesibles y fáciles de usar”.
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