TRANSPORTE PÚBLICO Y BIENAL DE
FLAMENCO
La tarde del 9 de septiembre
se presentó soleada y bochornosa, algunos nubarrones negros alteraban la
celeste limpidez del cielo; bajo las mustias hojas de los árboles de la acera,
enfilamos el camino hacia la parada del autobús urbano. En la acristalada marquesina,
una mujer madura consultaba la aplicación del Servicio de Transporte Urbano de
Sevilla; un chico y una chica fijaban la vista en sendos móviles y movían sus
pulgares con soltura, apoyados en el borde metálico; una joven pareja hacía
gestos de impaciencia, cuando el autobús dominical asomó por la esquina de la
anchurosa calle.
Se abrieron las puertas,
subimos los dos escalones, nos acercamos a la validadora y sonaron los pitidos
de las tarjetas multiviajes. Los asientos vacíos invitaban a sentarse. En los
días festivos, se reduce la flota, aumentan los tiempos de espera, pero
disminuyen los agobios por la bulla. Mi esposa y yo hicimos el recorrido en
animada charla hasta el Prado de San Sebastián.
Foto: Fernando MONGE |
Nos bajamos en la última
parada y dimos un tranquilo paseo por la calle San Fernando. El Metrocentro se
desplazaba por sus raíles entre gente que caminaba sin prisas o montaba en
bicicleta. Junto a la pared, veladores y
sillas ocupadas por jóvenes y menos jóvenes. A la izquierda, la Real Fábrica de
Tabacos —sede del rectorado de la Universidad—, el edificio regionalista del
hotel Alfonso XIII… A la derecha, los Reales Alcázares, la hermosa fuente de la
Puerta de Jerez… Y al fondo, la albarrana Torre del Oro.
Allá por el mes de abril,
cuando nuestra afición al cante flamenco nos movió a sacar las entradas, vía
internet, para algunos espectáculos de la Bienal, teníamos claro que, como
siempre que nos desplazamos al centro de la ciudad, utilizaríamos el transporte
público para llegar hasta el Teatro de la Maestranza, arguyendo poderosas
razones: la comodidad de prescindir del coche, la contemplación pausada de los
bellos edificios del casco antiguo, la conservación del medio ambiente…
Con todos los respetos a las
corrientes innovadoras del mundo flamenco que, por supuesto, son de mi gusto y
cuentan con mi admiración, creo que esa noche el Maestranza ofreció un
brillante homenaje al cante por derecho, a la pura esencia del cante jondo.
Comenzó el espectáculo con
José de la Tomasa cantando por tarantos, después, bordó las alegrías, las
seguiriyas y los fandangos de la casa. La primorosa guitarra de José Ramón Caro
y su voz fueron los únicos ingredientes para poner de manifiesto que las
facultades y el pellizco son argumentos suficientes para llenar un escenario.
A continuación, apareció en el
estrado la bailaora Pepa Montes. Bailó con solera, con temple, sus brazos
subían al cielo y sus manos alcanzaban los luceros. La armonía y el duende de
su cuerpo flamenco vibraron con la guitarra del veterano Ricardo Miño, marido
de la artista, y con el cante por alegrías y bulerías de Arcángel y Segundo
Falcón, todo un lujo.
Y llegó Calixto Sánchez. El
ganador del primer Giraldillo del Cante (1980), otorgado por la Bienal, cantó
por soleá de Alcalá, acompañado por el virtuoso guitarrista Eduardo Rebollar…
tras una entusiasta y cerrada ovación, pasó de la mágica lentitud de los
tientos a los tangos festeros, interpretó una magistral seguiriya y como
colofón, con sentimiento y poder... el martinete.
El teatro se iluminó y, compartiendo
comentarios con nuestra pareja de amigos y habituales contertulios, nos
situamos en el paseo de Cristóbal Colón. Después de una cordial despedida, nos
dirigimos al barroco Palacio de San Telmo. Los vehículos blancos, con la
diagonal franja amarilla en las puertas traseras, esperaban la llegada de los
usuarios, las luces verdes de sus pilotos brillaban junto al magno edificio…
Eran los taxis, otra alternativa de servicio público —más caro, pero más rápido
y más cómodo—. Ya en el auto, divisamos las torres iluminadas de la Plaza de
España... La voz del cante, el taconeo de la bailaora y los acordes de la
guitarra permanecían como un acariciante susurro en nuestros oídos…
Con mis mejores deseos, hasta
el próximo artículo.
Fernando Monge
23/septiembre/2018
Sus comentarios, opiniones o
vídeos serán muy bien acogidos en mi dirección de correo:
fmongef@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Solo comentarios relacionados con la información de la página.