El SEAT León CUPRA se mide con Calgary, un caballo de competición, en las pruebas de velocidad y obstáculos
El animal puede alcanzar los 70km/h al galope, mientras que el coche demuestra su potencia con un motor de 300CV
Virginia Graells, amazona profesional, guía al caballo de salto para que supere 12 vallas en menos de un minuto y el piloto Jordi Gené las sortea a 80km/h
Fuerza, potencia… son tan solo algunas de las características que se pueden atribuir al SEAT León CUPRA y a Calgary, un caballo de salto. Guiados respectivamente por el piloto de carreras y embajador de CUPRA, Jordi Gené, y la amazona profesional Virginia Graells, se citan en el Real Club de Polo de Barcelona para un doble reto: una carrera de velocidad y una prueba de obstáculos.
-Agilidad y potencia, méritos de los campeones: Calgary tiene 9 años y es de origen alemán. Con sus imponentes 500kgs es capaz de alcanzar los 70km/h. ¿Su punto fuerte? Virginia Graells lo sabe bien: “Es un caballo de salto y por lo tanto es especialmente ágil y habilidoso, tiene mucho control y no derriba ninguna valla”, explica la amazona. Por su parte, el SEAT León CUPRA es un coche potente, gracias a su motor 2.0 TSI de 300CV. “Para mí lo mejor es la capacidad de recuperación que tiene después de hacer maniobras. Es muy dinámico y ágil, lo que te permite ganar rápidamente velocidad”, valora el piloto Jordi Gené.
-Rituales antes del
pistoletazo de salida: En las caballerizas, la amazona siempre realiza una
primera toma de contacto con Calgary: “Le acaricio el lomo y le regalo un
terrón de azúcar antes de montarme. También reviso que la cabezaday la montura
estén bien colocadas”, explica Virginia. En paralelo, Jordi Gené examina el
SEAT León CUPRA e inspecciona la pista. “En este caso el terreno es atípico,
arenoso. También reviso siempre la superficie de los neumáticos, y así puedo
prever cómo va a responder el coche”. Antes de empezar la carrera el piloto nos
revela su ritual: “Siempre entro al coche con el pie derecho. Lo hago desde mi
primera competición”, confiesa Gené.
-El primer desafío, cuestión
de velocidad: Coche y caballo, frente a frente, se saludan y se colocan en la
línea de salida. Situados en paralelo, Calgary recorrerá el césped del campo de
polo y el coche, la pista arenosa. El animal galopa y completa 100 metros de la
pista en 15 segundos. El SEAT León CUPRA llega a la meta en poco más de cuatro
segundos, alcanzando los 100km/h. “A pesar de que competía en una superficie
muy blanda y arenosa que jugaba en contra, el coche ha respondido perfectamente.
Gracias a los 300 CV del motor y a la tracción 4Drive, ha ganado en velocidad”,
sentencia Gené.
-Una docena de obstáculos, el
segundo reto: En la pista contigua, los contrincantes se enfrentan a un
recorrido lleno de obstáculos. El caballo tendrá que saltarlos sin derribar las
vallas, mientras que el coche deberá sortearlos. Gracias a la destreza de la
amazona y la habilidad del animal, Calgary los sobrepasa en sólo 57 segundos.
Durante la competición, sus patas se han levantado a más de dos metros del
suelo. Por su parte, Jordi Gené maneja el CUPRA realizando más de 8 ‘slaloms’
en 31,43 segundos, marcando 80km/h. “El espacio era muy reducido para los
giros, así que tenía muy poco margen para esquivar los obstáculos. Pero gracias
al chasis del SEAT León CUPRA, he podido hacer cambios de dirección con mucha
agilidad”, concluye el piloto.
-¿Quién dijo miedo?: La
amazona Virginia Graells formó parte del equipo español de jóvenes jinetes y ha
competido recientemente en dos campeonatos internacionales en el Club de Polo
de Barcelona. Desde que se montó por primera vez con catorce años a los lomos
de su caballo, afirma: “nunca he tenido miedo”. Por su parte, Jordi Gené, que
se convirtió en el campeón más joven de España de coches de Fórmula con tan sólo
16 años, opina lo mismo: “No puedes dudar o tener miedo ni un solo segundo. Si
fuera así, no podrías competir”.
-Cambio de roles: Al finalizar
la jornada, se sella el empate de forma amistosa. Por un momento, la amazona y
el piloto deciden intercambiar roles, aunque parece que ambos prefieren a su
compañero original. “El coche me transmite vibraciones, temperatura, me permite
sentir la adrenalina y tener el control”, explica Gené. Virginia también retoma
las riendas para volver a las caballerizas: “Cuando galopamos tengo una
sensación de libertad y conexión con el caballo que es única. Hoy Calgary
tendrá doble ración de zanahorias y manzanas”.
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