El SUV Grandland X y su
versión híbrida se producirán en Eisenach.
El desarrollo de la próxima
generación de la familia mundial del motor de 1,6 litros (EP) del Grupo PSA se
realizará en el Centro Técnico de Rüsselheim.
Prórroga del acuerdo-marco
para la protección del empleo hasta 2023.
Opel ya puede ver
con confianza su futuro en Alemania, tras dar un nuevo paso en el camino para
convertirse en una marca rentable, mundial y eléctrica. Se van a realizar
inversiones importantes en I+D en los centros de Rüsselsheim, Eisenach y
Kaiserlautern entre 2018 y 2023. En el marco de este programa, el Grandland X
se producirá en la fábrica de Eisenach a partir de mediados de 2019, con dos
turnos de trabajo, incluida su versión híbrida, que empezará a producirse en
2020. La empresa dará detalles sobre las inversiones previstas en otras plantas
alemanas más adelante.
Las partes implicadas en las
negociaciones también se han puesto de acuerdo en la definición del futuro
papel del Centro de Ingeniería de Rüsselsheim en la red mundial de I+D de
Groupe PSA: este centro técnico se encargará del desarrollo de la próxima
generación de la familia de motores EP. El Centro Técnico de Rüsselsheim ya
había recibido responsabilidades internacionales de Groupe PSA, con la
asignación de 15 Centros de Competencia. Además, todos los nuevos modelos de
Opel se desarrollarán en Rüsselsheim.
El Grupo también ha negociado
la firma de un nuevo acuerdo-marco con los interlocutores sociales. Su alcance
se prolonga hasta julio de 2023 e incluye un amplio abanico de medidas para
aumentar la competitividad. Se excluyen los despidos forzosos durante la
vigencia del nuevo acuerdo.
"Estamos ante un paso muy
importante en la aplicación del plan PACE! que va a dar a Opel la posibilidad
de conseguir buenos resultados en toda Europa. Estamos cumpliendo exactamente
con lo que habíamos prometido. El aumento de la competitividad va a permitirnos
invertir y garantizar un buen futuro a nuestros trabajadores", ha
declarado Michael Lohscheller, CEO de Opel.
"Estamos centrados en el porvenir tras haber cumplido nuestro
compromiso de no cerrar fábricas y de no anunciar despidos forzosos".
"Estamos asegurando la
actividad de nuestros centros de trabajo alemanes a largo plazo protegiendo, de
este modo, el empleo para, al menos los próximos 10 años, con modelos
atractivos y equipamientos de alta calidad", ha proseguido Michael
Lohscheller. "Estamos profundamente arraigados en Alemania y nuestras
plantas alemanas son y seguirán siendo nuestra columna vertebral”.
En este nuevo acuerdo, se han
incorporado medidas para mejorar la competitividad de Opel en Alemania. La
compensación de los aumentos salariales colectivos podrá hacerse, en el futuro,
con elementos de remuneración que superen la escala salarial. Asimismo, las
indemnizaciones complementarias recogidas en el marco del convenio colectivo de
IG Metall, cuya entrada en vigor está prevista para mediados de 2019, se han
anulado mientras dure el nuevo acuerdo marco. A partir de 2020, la efectividad
de cualquier posible incremento salarial se aplazará durante la vigencia de
este contrato.
El acuerdo también incluye la
salida de 3.700 empleados en Alemania, en el marco del programa de bajas
voluntarias ya firmado por los interlocutores sociales. Actualmente, unos 3.500
empleados ya se han beneficiado de este programa de bajas voluntarias.
"Las medidas que hemos
adoptado hoy constituyen una etapa importante en el camino para el cumplimiento
de los objetivos de nuestro plan estratégico PACE!: alcanzar un margen
operativo del 2% de aquí a 2020 y del 6% en 2026", ha recordado Michael
Lohscheller, CEO de Opel. "Agradecemos mucho a nuestros empleados alemanes
su importante esfuerzo para permitir a Opel a la senda del éxito", añadió
Michael Lohscheller. "Estas negociaciones intensivas han culminado de
forma positiva. Quiero dar las gracias expresamente por ello a nuestros
interlocutores sociales".
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