Vamos a partir desde la
actualización en el 2013 de la Ley de Hidrocarburos.
Esta modificación en la ley,
rebajó las barreras de entrada a operadores alternativos permitiendo la
introducción en el mercado incluso de pequeñas empresas. Al incrementarse la
competencia en el mercado, se abrió una guerra de precios en las que estos
nuevos protagonistas se llevaron una cuota de mercado significativa. Cuota que
antes se repartían las gasolineras tradicionales.
El combustible base es el
mismo
Compitiendo con precios
significativamente bajos, ¿de qué calidad es el combustible de las gasolineras
“low cost”? Pues a priori, podríamos decir que de la misma calidad que de las
tradicionales.
Y decimos “a priori”, porque
todas las gasolineras en España y distribuidores, reciben sus suministros por
parte de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CHL). Empresa que según la Ley
de Hidrocarburos, es el encargado de “almacenar” y repartir el petróleo de las
refinerías.
¿Están sobrevalorados los
aditivos?
La segunda parte de ese “a
priori” viene porque las gasolineras tradicionales están compitiendo a través
de ofrecer combustible con una serie de aditivos que prometen alargar la vida
del motor.
Dichos aditivos vienen a
mejorar o complementar al combustible ofertado por parte de la CHL. Si bien el
combustible está sometido a exhaustivos controles de calidad, no obstante, esto
no significa que sea perfecto.
Motivo por el cual la mayoría
de combustibles con aditivos que ofrecen las grandes gasolineras, prometen
beneficios en cuanto a limpieza de inyectores o a una mejora en el rendimiento.
Pero estas promesas muchas
veces se publicitan como casi milagrosas cuando no lo son.
Un estudio realizado por el
departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Barcelona, analizó los
componentes de un carburante de una marca tradicional y el de una “low cost”
llegando a una conclusión concreta. La única diferencia entre ambos, radicaba
en el uso de aditivos. Pero el porcentaje de los mismos era casi
imperceptibles. Siendo esto último por motivos legislativos.
Para salir de cualquier duda,
nuestra recomendación es que consultes la información que proporciona la CHL.
Así mismo, ante la duda de si el combustible de la gasolinera “low cost”
contiene aditivos, consulta con el personal.
¿Son éticas las gasolineras
“low cost”?
Entonces, si el combustible
base es el mismo, ¿cómo mantienen esos precios tan bajos las gasolineras “low
cost”? Pues obviamente reduciendo costes al máximo.
Al igual que las franquicias
de comida rápida, este tipo de gasolineras están diseñadas para rentabilizar al
máximo cada céntimo.
Esto pasa por servirte siempre
tu mismo el combustible al tener la gasolinera poco personal, y hasta en
algunos casos, directamente carecer de él.
Aprovechando este punto,
volvemos a reiterar que la ley española no prohíbe que seamos nosotros mismos
los que manipulemos con este tipo de derivados de carácter tóxico y peligroso.
Siendo lo último, motivo de
denuncia de muchos colectivos ante la peligrosidad y la precarización laboral
que argumentan, están expandiendo este tipo de gasolineras.
Por otra parte, la razón por
la cual muchos supermercados tienen su propia gasolinera se debe a que esta se
entiende como un atractivo para comprar en sus superficies. La reducción del
precio de las parcelas para instalar gasolineras ha permitido también unir en
el mismo punto un hipermercado con una gasolinera anexada.
En cuanto a la posición de la
Unión Europea en relación a las gasolineras “low cost” y a las gasolineras en
general en cuyas regiones se establezca como obligatorio la presencia de
empleados, el organismo europeo ha respondido con amenazas.
La UE argumenta que esta
obligación entra en conflicto con una de sus disposiciones y aunque la
obligación responda a que las gasolineras tenga empleados para atender a
discapacitados, no puede obligarse tal cosa. Es más, tiene prevista multas de
600.000 euros diarios a las regiones que obliguen tal cosa.
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