El grupo Volkswagen continúa
dando pasos hacia una movilidad eficiente que permita difuminar el fantasma del
escándalo de las emisiones que atormenta al gigante alemán desde que se
destapase allá por 2015. No obstante, su proceso de catarsis no pasa por la
desaparición de los motores diésel -al menos en un futuro cercano- tal y como
están haciendo otras marcas como Toyota, sino por la mejora de la eficiencia de
estos a través de la inclusión por primera vez en este tipo de propulsores de
la tecnología mild hybrid o hibridación suave.
Ya lo avisó el exconsejero
delegado del grupo Volkswagen Matthias Müller durante la 'guerra de los
motores' en el pasado Salón del Automóvil de Ginebra: la "resurrección del
gasóleo" llegará una vez que los consumidores "se den cuenta de que
las empresas que usan el diésel son ecológicas". Una frase que se
transformó en la antesala del nuevo motor TDI que ahora ha presentado la compañía
bajo la denominación interna EA288 Evo, un 2.0 de cuatro cilindros
turboalimentado que se apoya en un pequeño motor eléctrico de 12 V que actúa
como generador de arranque. Este se nutre de una batería de ion litio que se
recarga sobre la marcha a través de la frenada regenerativa. La potencia total
del motor oscilará entre los 138 y los 204 caballos.
A pesar de que este sistema
eléctrico es sensiblemente menos potente que el de 48 voltios instalado en los
motores gasolina -como el que equipará la próxima generación del Golf a partir
de 2019-, el fabricante asegura que permite reducir las emisiones de dióxido de
carbono -CO2- 10 gramos/kilómetros mientras que la potencia crece un 9%
respecto a la anterior generación de motores 2.0 TDI. También se reduce el
gasto de combustible, aunque por el momento no hay cifras de tal ahorro.
Para lograrlo se ha mejorado
el proceso de combustión, se ha incluido un filtro de partículas diésel y un
sistema de reducción catalítica selectiva (SCR), y se han mitigado las pérdidas
de energía por fricción además de aminorar el peso del motor, explica
Volkswagen. De esta forma, con el nuevo motor la entidad cumplirá con el
objetivo de emisiones de CO2 de 95 g/km en condiciones reales de tráfico
exigido por UE a partir de 2020.
Debut en Audi
La primera marca en montar
este propulsor será la filial Audi y más tarde se extenderá a los modelos del
resto de marcas del grupo alemán que cuenten con la plataforma modular MQB. Si
bien, por el momento no se ha concretado la fecha de su llegada al mercado ni
los modelos que dispondrán de ello.
El grupo Volkswagen, en
cualquier caso, no es el primer fabricante en implementar esta tecnología a sus
motores diésel. Mercedes-Benz ya hizo lo propio el pasado Salón del Automóvil
de Ginebra siguiendo los pasos del fabricante francés PSA, que se lanzó hace no
mucho tiempo a esta tecnología aunque el resultado fue poco fructífero.
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