Cómo enseñar educación vial a los niños
Emplear juegos o simulaciones para que conozcan las
repercusiones de sus actos, imprescindible para que los niños interioricen
hábitos que potencien la seguridad
Desplazarse de
un lado a otro implica siempre hacer frente al tráfico. Peatones, conductores y
usuarios del transporte público se exponen a multitud de peligros que hacen que
cada año mueran en el mundo 1,3 millones de personas, como consecuencia de
accidentes de tráfico, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Reducir estas cifras es uno de los grandes retos de la
sociedad. Entre los objetivos prioritarios para conseguirlo debería establecerse
concienciar a la ciudadanía y generar comportamientos encaminados a la creación
del sentido vial, así como unas pautas adecuadas para una movilidad segura,
especialmente entre los menores. Los niños conforman uno de los principales
grupos de riesgo de muerte en un accidente, ya sea por imprudencia,
desconocimiento de las normas básicas de seguridad o simples descuidos, tanto
por su parte como por la de sus progenitores.
Con el objetivo mejorar esta situación, la startup
viguesa Help Flash ha elaborado una serie de consejos para fomentar la
educación vial entre los más pequeños a fin de que sepan desenvolverse con
facilidad no sólo en las calles, sino también en el interior de los vehículos:
Recuerda que imitan lo que ven: Está más que
demostrado que el ejemplo es la mejor manera de inculcar Las palabras, de una
forma u otra, se las lleva el viento. Los hechos, por el contrario, permanecen
en la retina. De nada sirve cruzar con el semáforo en rojo y recalcar a los más
pequeños que esa acción no es la correcta. Los adultos deben ser los primeros
en respetar la normativa, especialmente cuando están acompañados de menores de
edad.
Controla los impulsos: Actuar con cautela cuando uno
se pone al volante sin provocar a los conductores y sin emplear el móvil en el
coche son acciones que los niños tienen en cuenta a la hora de desarrollar sus
conductas Ante esta situación, un conductor debe ser prudente, no sólo para
evitar accidentes, sino también para que el día de mañana, los que hoy son
menores sepan desenvolverse de manera correcta.
Emplea el juego: A lo niños les encanta simular que
son Juegan a ser profesores, a que están en la oficina o que conducen su propio
coche. Por este motivo, conseguir que aprendan educación vial mediante el juego
es uno de los métodos educativos más eficaces para transmitirles cuáles son los
riesgos y responsabilidades derivados de la vía pública. Se puede jugar a que
el niño va solo por la calle y tiene que reaccionar ante diferentes
adversidades, que va conduciendo y tiene que afrontar señales, giros o
semáforos cumpliendo las reglas establecidas o llevarle a circuitos cerrados
para bicicletas infantiles, donde tenga que respetar las normas de circulación.
Arranca cuando todos tengan el cinturón de seguridad
puesto: Más de 200 personas han sido sancionadas por viajar sin cinturón de
seguridad o sistemas de retención infantil entre el 11 y 17 de septiembre,
según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT).
Explicar a los niños las graves lesiones que pueden
sufrir si evitan el uso del cinturón o la cantidad de vidas que salva ayudará a
que las nuevas generaciones perciben el cinturón de seguridad como un seguro de
vida.
Conciencia de que en el coche no se juega: Los largos
viajes en coche con niños suelen ser sinónimo de alboroto, lloros y cansancio,
tanto para el conductor como para el resto de Con el objetivo de que los
trayectos sean lo más tranquilos posible, una buena idea es simular dentro del
garaje lo que pasaría si los niños se pelean en el interior del coche, si
distraen al conductor con su bullicio o lo que podría pasar si su juguete
preferido acaba debajo del pedal de freno.
Aprenden mediante la experiencia: Utilizar espacios
para dar ejemplos concretos dentro del propio escenario, como puede ser
detenerse en un stop o cruzar un paso de cebra sólo cuando el muñeco está
verde, ayudan a los niños a interiorizar acciones de educación vial como
hábitos propios de su día a día.
Aparcar el vehículo correctamente, especialmente en
las cercanías de centros escolares: Las prisas mañaneras hacen que las
inmediaciones de los colegios se conviertan en verdaderos centros de
infracciones de seguridad vial: coches aparcados en doble fila, niños que bajan
del vehículo por el lado opuesto a la acera, cruces por lugares indebidos para
ganar tiempo, Es importante no enseñar a los niños que hay ciertas normas que
se pueden trasgredir en un momento determinado, puesto que puede derivar en que
ellos se salten esas mismas reglas el día de mañana simplemente porque les
convenga hacerlo.
Las buenas formas, parte de la seguridad vial:
Transmitir la importancia de ayudar a los demás, aunque sea fuera del entorno
familiar también es un valor a tener en cuenta a la hora de transmitir
educación Llevar a la mascota sujeta o esperar como conductor a que una persona
con movilidad reducida termine de cruzar la calle, aunque el semáforo ya esté
verde, también forman parte del día a día y fomentan la seguridad vial de todos
y cada uno de los implicados en el proceso.
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