El Gobierno español tiene
virtualmente sobre la mesa una nueva propuesta para renovar el parque
automovilístico y, al mismo tiempo, proporcionar beneficios al conjunto del
sector y de la sociedad: la aplicación de un tipo de IVA reducido, del 10%
frente al 20% actual, para todas aquellas compras de vehículos alternativos,
generalmente coches eléctricos.
La medida resultaría
compatible con otras medidas de incentivo del consumo, como el Plan Pive y el
Plan Movea, y permitiría mejorar los niveles de seguridad vial y de calidad
ambiental. Así lo ha puesto de relieve el presidente de Volkswagen Group España
Distribución, Francisco Pérez Botello, quién recalcó que esa iniciativa
proporcionaría a los potenciales clientes unos descuentos superiores a los que
ofrecería el plan Pive. Nissan ya hizo público el mismo argumento días atrás en
su Foro de Movilidad donde señaló que un IVA reducido en la compra de vehículos
eléctricos cero emisiones, "sería un avance indudable que desarrollaría
aún más el interés de la sociedad por esta tecnología". De hecho, esta
iniciativa ya se está desarrollando en Holanda, Noruega y Dinamarca, entre
otros países europeos. Asimismo, Volkswagen España también se demostró a favor
de graduar el impuesto de transmisiones de vehículos en función de la
antigüedad del vehículo, para que el gravamen aumente en relación con la
antigüedad del coche adquirido.
En un encuentro con la prensa
especializada, Pérez Botello abogó por poner en marcha las medidas de
renovación del parque automovilístico, cuya efectividad haría innecesarias las
medidas de limitación del tráfico en las grandes ciudades. A modo de ejemplo
indicó que "si los 400.000 coches de motor diésel de más de 15 años que
actualmente circulan por Madrid se sustituyeran por modelos diésel modernos, el
impacto ambiental en cuanto a emisiones NOx sería el equivalente de retirar 2,6
millones de vehículos, es decir, más de la mitad del actual parque
automovilístico de la capital, estimado en 3,8 millones de vehículos.
El mismo directivo también
anticipó el lanzamiento de un nuevo servicio de mantenimiento de vehículos,
denominado Long Drive, por el que los usuarios de automóviles del grupo
Volkswagen podrán cubrir los gastos ordinarios del taller a cambio de una cuota
mensual, cuyo importe dependerá del tipo de prestaciones y la duración del
mismo (hasta 10 años de cobertura de reparación y desgaste).
Además, Pérez Botello anunció
el cambio de denominación social de la compañía, ahora bautizada Volkswagen
Group España Distribución (anteriormente Volkswagen-Audi España), en sintonía
con el nombre existente en otras filiales europeas y sin que tenga impacto en
su actividad, ubicación o sede social del grupo en España. De la misma forma,
Volkswagen deja de considerarse un fabricante de automóviles para convertirse
en un proveedor global de servicios de movilidad sostenible. Con estas
novedades, VW prevé adaptarse a un nuevo entorno absolutamente disruptivo, en
donde "los motores térmicos tienden a ser eléctricos, la propiedad del
automóvil cede terreno ante los modelos de uso compartido y la conducción
humana irá perdiendo protagonismo frente a los sistemas autónomos".
Respecto al Dieselgate, el
directivo indicó que la filial española sólo ha sufrido dos derrotas parciales
en los tribunales frente a las 20 denuncias recibidas en el país. El
distribuidor en España de las marcas Volkswagen, Audi, Skoda también se
reconoció capaz de reparar antes de fin de año los 638.000 vehículos diésel
afectados por la controvertida anomalía del software.
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