viernes, 23 de diciembre de 2016

LA MITAD DE LAS EMPRESAS SE PLANTEA INCORPORAR EL COCHE AUTÓNOMO A LAS FLOTAS

Como fórmula para garantizar la seguridad del empleado al volante

En medio del acalorado debate que suscita todavía la circulación de coches autónomos, las empresas españolas lo tienen claro. Lejos de querer echarles el freno, casi la mitad (49%) se muestra a favor de incorporarlos a sus flotas, por considerarlos una solución eficaz para garantizar la seguridad de sus empleados en la carretera, según revela la última edición del Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO) promovido por Arval, compañía de movilidad de BNP Paribas.


De esta forma, el estudio –realizado entre cerca de 3.000 gestores de flotas de pymes y grandes empresas de doce países para determinar las tendencias actuales y futuras del vehículo corporativo- pone de manifiesto que para el tejido empresarial español la tecnología aplicada al coche es una ventaja que se mide en términos de inversión rentable, ya que a mayor control sobre la conducción, menor siniestralidad y, por tanto, menor gasto en la partida destinada a flotas, que es la más alta junto con la informática y los recursos humanos.

En este sentido, los datos del CVO demuestran que, aunque aún quedan muchos puntos por desarrollar, las empresas son conscientes de que esta transformación digital de la automoción tendrá su impacto en sectores afines como el asegurador, de manera que la prima se fijará en función de los hábitos y la utilización personalizada que se haga del automóvil. Es por esto que el coche autónomo se ve como una oportunidad de recortar tanto gastos directos como indirectos derivados de posibles fallos humanos (bajas por accidente, reparaciones, multas…).

Esta puesta en valor de la seguridad vial dentro de la cultura corporativa no es exclusiva de las empresas españolas. Las europeas, aunque tres puntos por debajo de las españolas (46%), también apoyan en buena medida la entrada del coche autónomo en la flota. Eso sí, consideran que el empleado debe estar siempre sentado al volante aunque no lo maneje, por lo menos hasta que esta tecnología esté completamente consolidada; algo en lo que los expertos no se ponen de acuerdo y que puede oscilar entre 10 y 20 años.  

Gráfico 1. Un interés cierto en incorporar el coche autónomo a la flota

Por tamaño de empresa, el CVO revela que son precisamente las pymes –y por tanto, las que tienen menor número de coches en sus flotas- las más proclives a sumar vehículos capaces de conducir solos. Y es que al tener los recursos mucho más ajustados, son las que más beneficios pueden tener tanto en términos de productividad como de rentabilidad.

De esta forma, el 53% de las pymes, frente al 40% de las grandes corporaciones, considera el vehículo autónomo no sólo una garantía de seguridad para sus conductores sino para su negocio. Además, factores como la posibilidad de ir solo al taller le añaden un atractivo adicional, pues será posible que las empresas se centren en su actividad principal sin que las gestiones relacionadas con la flota entorpezcan su día a día; una función que implicará el reciclaje de los centros de reparación para poder garantizar un servicio posventa rápido y eficaz.

Los empleados, también a favor

Pero no es la “parte contratante” la única que ve las ventajas del coche autónomo en la flota. Los empleados, por su lado, también se muestran a favor de delegar las labores de conducción. Concretamente, el 42% de los conductores españoles, frente al 44% de los europeos, acepta su uso como herramienta de trabajo por consideralo una solución para reducir su nivel de estrés y aumentar su motivación al sentir que la empresa le cuida; aunque de éstos una tercera parte (33%) expresa sus dudas a la hora de soltar por completo las manos del volante.

Según el director del Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO), Manuel Orejas, “para la empresa el coche autónomo se traduce en ahorro y para el empleado en motivación, pues tiene la sensación de trabajar para una empresa innovadora y que mira por él, por vigilar la prevención de riesgos laborales y la aportación de soluciones inteligentes de movilidad”.

El Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO) es una plataforma fundada en el año 2002 y lanzada en España en 2008 con el objetivo de servir de foro experto e internacional para el intercambio de información entre todos los profesionales de la gestión de flotas de vehículos (responsables de flotas, fabricantes, proveedores del sector…). Actualmente, este barómetro está presente en doce países, estudiando las prácticas actuales y las tendencias de futuro del sector, centrándose en todos los aspectos de movilidad de las empresas. En esta última edición se analizan aspectos como el interés de las empresas por las motorizaciones alternativas, entre otros.

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