Cuando tengas que cambiar de rueda, fíjate en la tarjeta
europea: si hay una A, mucho mejor.
Los neumáticos son uno de los elementos que más importancia
tienen en nuestro coche, y seguramente sea también uno de los que menos
atención recibe. No nos percatamos de la evolución que tienen ni nos
preocupamos de los cambios que puedan sufrir.
Sin embargo, las capacidades del coche se quedan en nada si los
neumáticos no están como indica la normativa y el propio fabricante. Cuando la
profundidad del dibujo de la rueda es inferior a 1,6 milímetros (aunque hay
fabricantes que marcan el límite en los 2 milímetros), pueden empezar los
problemas.
Con una goma gastada, aumenta el riesgo de aquaplaning, se
pierde agarre y, en definitiva, hay un mayor riesgo de accidente: es entonces
cuando ha llegado la hora de cambiar las ruedas. En ese momento, entra en juego
una etiqueta que te da las claves para una elección acertada.
TARJETA EUROPEA
Desde hace unos años, los neumáticos nuevos tienen una pegatina
similar a la que también muestran algunos electrodomésticos. Se trata de la
tarjeta europea y muestra tres datos: resistencia a la rodadura, adherencia
sobre superficies mojadas y nivel de ruido.
Al rodar, el neumático ejerce una pequeña resistencia que ha de
salvar el motor en su funcionamiento, provocando un esfuerzo adicional. No es
excesivo, pero sí ha de tenerse en cuenta en el global de incidencias que ha de
salvar el motor para conseguir que el vehículo avance.
Se especifica mediante unas letras que van de la A (la más
eficiente) a la G (la menos eficiente). Entre ambas letras puede haber una
diferencia de consumo en el coche de hasta un 7,5% o lo que es lo mismo, unos
300 euros en combustible en toda la vida útil del neumático.
El segundo es la adherencia en superficie mojada. También se
especifica mediante letras que van de la A a la G, y con un ejemplo se entiende
mucho mejor. En una frenada de emergencia a 80 km/h, el mismo coche frena 18
metros antes si calza neumáticos A en lugar de gomas marcadas con la letra G.
El último de los parámetros es el ruido. Se mide con tres líneas
de ondas como si de un altavoz se tratara. Cuantas menos tenga, menos sonoridad
supondrá en el interior del habitáculo.
CUATRO CONSEJOS BÁSICOS
1. Unos buenos neumáticos no son un gasto sino una inversión.
Las ruedas son el único elemento que nos une al suelo, y la superficie total de
contacto no supera al tamaño de un folio A4, por lo que con un espacio tan
limitado conviene tener el mejor material, aunque la factura pueda asustar.
2. Como norma general, los neumáticos se deben adquirir y montar
en talleres y centros especializados.
3. Si se compran por Internet, debemos hacerlo siempre en
páginas de garantías; en todo caso, se deben montar en un centro homologado,
con los certificados ISO correspondientes y con todas las garantías de buen
procedimiento.
4. Analiza detenidamente los datos de la tarjeta europea. La
diferencia entre una letra y otra puede significar que a los 30.000 kilómetros,
que es lo que suele durar un neumático, el ahorro en combustible haya
compensado el gasto superior en las ruedas. O, más importante aún, puede que
una buena elección te permita realizar una frenada de emergencia a tiempo.
¿MERECE LA PENA COMPRAR BUENOS NEUMÁTICOS?
Existe un grupo de fabricantes de neumáticos denominados
premium, y que en España están asociados en el Consorcio del Caucho. Realizan
grandes inversiones en I+D+i y pruebas para contar con los mejores neumáticos.
A su vez, cuentan con varias marcas filiales que sin llegar al
nivel de las primeras también son de total fiabilidad.
A la zaga de estas también podemos encontrar varias marcas
asiáticas y europeas, que aunque no pertenecen a este grupo sí que ofrecen un
excelente rendimiento. No tienen la misma tradición en nuestro mercado, pero
también podrían ser consideradas premium.
Y, aunque pueda resultar extraño, en este sector también hay
marcas blancas. Redes de talleres y de centros especializados con un gran
volumen de negocio han llegado a acuerdos con fabricantes de neumáticos para
les provean de ruedas bajo una marca propia. Su eficacia no suele llegar al
nivel de los primeros neumáticos de la compañía que se los produce, pero sí
ofrecen garantías para su uso.
Sin embargo, la globalización y el uso de Internet ha supuesto
que entren en nuestro país muchos neumáticos de origen desconocido, fabricación
dudosa y rendimiento excesivamente pobre aunque, eso sí, muy baratos.
La diferencia de precio se nota en que no cuentan con la
tecnología ni los procesos de un neumático fiable, y se pueden convertir en un
auténtico peligro para el usuario. Carecen de cualquier etiqueta de medición,
control gubernamental y homologación de uso.
Solo duran unos pocos miles de kilómetros y son un riesgo
constante por su incapacidad de frenar, vadear agua y por las posibles
deformaciones que adquieren por las irregularidades del pavimento. Además,
también pueden variar su rendimiento ante los cambios de temperatura.
INFORMACIÓN DEL NEUMÁTICO
Cuando uno se dirige a un taller o un centro especializado en
neumáticos, se encuentra con una oferta compuesta por varias marcas y con
muchos datos que no siempre se entienden inscritos en la propia rueda.
El primero de los números define las dimensiones: el que compres
deberá ajustarse a lo que recomienda el fabricante de tu coche. En gran tamaño
encontrarás una composición de letras y números de la siguiente manera XXX/XX
RXX (en el ejemplo, 225/55 R16).
La primera cifra indica la anchura del neumático en milímetros,
la segunda es una relación porcentual entre la altura y la anchura, y la
tercera es el diámetro de la llanta en pulgadas. La R corresponde a la
estructura con la que se ha construido el neumático: radial.
A continuación, aparecen otro número y una letra. En este caso
la cifra corresponde a un índice de carga, y se trata de un código que se
encuentra en unas tablas universalizadas, y la letra al código de velocidad, la
velocidad máxima que admite un neumático, también un código que está en unas
tablas. En el ejemplo, 95W.
Continuando el flanco encontraremos el nombre de la marca y el
modelo del neumático y más datos. Una montaña con un copo de nieve lo
identifica con neumático de invierno; las letras M+S señalan que es una rueda
para barro y nieve.
Otro código puede señalar si el neumático se ha desarrollado
especialmente para una marca o un modelo concreto, algo que estará representado
por dos letras o números también codificadas (K1 o K2 para Ferrari, MO para
Mercedes, AO para Audi…).
Otra leyenda que encontraremos es la de Tubeless, que hace
referencia a que la goma no necesita una cámara de aire, como sí llevaban
antiguamente. Finalmente, encontramos otra serie de números, de menor tamaño,
que nos indicarán el lugar en el que se ha fabricado, el centro de producción,
la dimensión del neumático y, por último, la semana y el año de fabricación.
Este es uno de los datos más importantes, señalado mediante
cuatro números: los dos primeros corresponden a la semana y los dos siguientes
al año; un 2216 corresponderá a la semana 22 del año 2016. Y esto es muy
significativo cuando se compran neumáticos de segunda mano, ya que pueden
aparentar un buen estado, pero ser demasiado viejos para circular.
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