El Departamento de Transporte de Estados Unidos quiere que todos
los coches que se comercialicen desde 2020 sean capaces de comunicarse entre,
es decir, que cuenten con la conectividad 'Vehicle To Vehicle' (V2V).
La propuesta contempla también que para 2018 el 50% de los
nuevos modelos ya se fabriquen con esta tecnología cuyo objetivo es reducir
drásticamente los accidentes de tráfico. De acuerdo con las autoridades norteamericanas,
supondría evitar cada año en torno a 1.000 muertes y 270.000 lesiones causadas
por las colisiones, o lo que es lo mismo, un 80% de los accidentes que se
suceden sin contar aquellos en los que están implicados conductores ebrios o
drogados.
Lo que se pretende es que los vehículos se adviertan entre sí de
la velocidad, ubicación y dirección de desplazamiento, entre otras facetas, y,
aprovechándose de los equipamientos de seguridad como los sistemas de frenada
de emergencia que ya equipan numerosos modelos puedan detenerse automáticamente
cuando sea necesario. El coste de montar este sistema es de 300 euros por
vehículo.
El radar de V2V para transmitir información rondará los 300
metros y los vehículos podrán transmitir hasta 10 mensajes por segundo, pero en
ningún momento se incluirán datos personales de los conductores ni del coche
para preservar la privacidad. Las informaciones, además, se destruirán a los
pocos segundos sin almacenarse en la nube. Este sistema se antoja vital para el
funcionamiento del coche completamente autónomo, cuya proliferación se prevé
para comienzos de la próxima década.
Paralelamente, según informa The New York Times, los fabricantes
y el Gobierno estadounidense están trabajando conjuntamente para desarrollar la
comunicación vehículo-infraestructura, de tal forma que los conductores puedan
estar al tanto en cada momento de las condiciones de la calzada o del tráfico,
o de otras circunstancias como en qué momento exacto un semáforo va a cambiar
de rojo a verde para adaptar la velocidad y evitar así paradas innecesarias.
Esto último ya ha sido estrenado por Audi en Las Vegas, convirtiéndose en la
primera ciudad del todo el mundo en contar con tecnología.
Además de la firma de los aros, otras marcas de lujo como BMW,
Volvo, Mercedes o Cadillac ya están probando este tipo de sistemas en sus
modelos más prestigiosos.
La propuesta del Departamento de Transporte está actualmente en
su primera fase, donde los agentes implicados disponen de 90 días para
presentar alegaciones y sugerencias, por lo que habrá que estar pendiente de su
evolución.
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