Las Buell
siempre han sido un punto y aparte en esta industria, derivadas técnicamente de
las mecánicas empleadas por Harley Davidson, los modelos de Erik Buell siempre
han sido auténticas rarezas. Sobre todo empezando por el empleo de los motores
V-Twin de las monturas de la firma de Milwaukee, que daban vida a modelos de
segmentos tan alejados de estas como las deportivas, que generalmente emplean
mecánicas soluciones completamente diferentes.
Ya en su
tercera etapa comercial, tras la bancarrota del año pasado, Erik Buell gozaba
del abrigo de la propia Harley Davidson hasta la llegada de la gran crisis de
2008 y hasta entonces, el propio nombre comercial que empleaba era Buell, a
secas. Estas monturas se caracterizaban, aparte de por sus tradicionales
mecánicas V-Twin por soluciones tan vanguardistas como el chasis hueco que
hacía de depósito para lograr un mejor centrado de las masas suspendidas.
En este
caso tenemos toda una roadster de principios de la década pasada, que para
aligerar el enorme peso del V-Twin a 45 grados de 1.203 c. c. refrigerado por
aire han recurrido a un fino bastidor tubular, que esconde en parte la enorme
mecánica. La Buell M2 Cyclone era toda una naked de estética moderna, con media
carrocería de caprichosas formas pero que escondía en su interior una más que
clásica mecánica. Como pocas veces, el sonido una vez en marcha sorprendía a
más de uno.
De hecho,
la estética en si estaba bastante conseguida, siendo bastante atemporal si no
tratamos de mirar para las tapas que esconden el subchasis trasero, recorriendo
la moto desde bajo el asiento. Su potencia era más que suficiente, unos 92 CV y
unos 115 Nm de par máximo, aunque su peso puede parecer excesivo para un modelo
de estas características sin prácticamente electrónica, 197 kilos de peso, gran
parte de ellos debidos al enorme motor.
Un
detalle que parece sobrar es el airbox situado en el lateral derecho, que
parece más un añadido por el propietario cuando realmente es la pieza original.
Otra de las peculiaridades es la transmisión secundaria por correa, un detalle
poco visto en modelos de esta tipología. La parte ciclo la completan una
horquilla delantera Showa de 43 mm de diámetro y un amortiguador Showa para el
basculante tarsero, estando el amortiguador en una curiosa posición bajo el
motor.
El enorme
disco delantero es de 340 mm con pinzas de seis pistones mientras que el
trasero es de 230 con pinzas de doble pistón. Las llantas nos delatan que la
moto es de otra época, con triple radio, estas disponen de 17 pulgadas de
diámetro y neumáticos 120/70-17 delante y 170/60-17 en la rueda trasera.
Disponible
en varios colores, la M2 Cyclone es fiel reflejo de la primera época de Buell,
motos con un marcado carácter y que a pesar de que a simple vista no lo pudiera
parecer, modelos que destacaban técnicamente en varios apartados, no solo por
la peculiaridad de emplear el motor de una tradicional cruiser. Una filosofía
de producto muy característica de Erik Buell pero que como modelo de negocio no
llegó a prosperar.
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