De un tiempo a esta parte, al aceite de oliva le ha
salido un claro competidor por el título de “oro líquido”, a juzgar por la
guerra comercial que viene protagonizando la retirada del aceite usado en los
talleres. Ante esta situación, la patronal Ganvam ha elevado al Ministerio de
Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) una consulta formal para
que corrobore públicamente no sólo la gratuidad de la retirada sino la
ilegalidad de cobrar a los centros de reparación.
De esta forma, Ganvam quiere despejar las
incertidumbres suscitadas en algunos talleres, principalmente de Aragón y
Andalucía, al haber recibido a través de sus propias asociaciones sectoriales
información actualizada sobre tarifas de recogida del aceite.
Ante esta situación, recuerda que -según la normativa
que rige la correcta gestión de aceites industriales- son los fabricantes de
lubricantes los que están obligados a hacerse cargo no sólo de la retirada,
sino también de la financiación de dicha gestión.
De hecho, los fabricantes de aceite ya tienen en
marcha desde hace tiempo un sistema integrado de gestión del aceite usado, que
pone incluso a disposición de los talleres empresas especializadas para la
recogida del residuo sin repercutirles ningún coste con independencia de su
ubicación geográfica.
Es más, este sistema integrado de gestión viene
pagando a estas empresas por la retirada de este residuo un 59% más de media
desde el pasado mes de enero, con el objetivo de cubrir el déficit de precio
originado por la caída del Brent (un 30% en los últimos seis meses) y seguir
garantizando así su recogida gratuita.
Sin embargo, Ganvam denuncia que estas empresas
recogedoras vienen tratando de trasladar injustamente en estos últimos meses
ese déficit al taller, quizá como medida de presión al sistema integrado de
gestión para que pague todavía más a los gestores de residuos por la recogida.
Según el presidente de Ganvam, Juan Antonio Sánchez
Torres, “es verdad que en los últimos años, el precio del aceite usado
prácticamente financiaba la gestión del resto de residuos. Sin embargo, ahora
estamos asistiendo a un cambio de coyuntura y esa burbuja se está desinflado;
en cualquier caso, siguen siendo las petroleras las que, como fabricantes,
tienen que garantizar la recogida gratuita a través de un sistema integrado de
gestión, o bien, de otro modo. No se puede crear incertidumbre en el taller en
un asunto tan importante como la gestión de residuos peligrosos”.
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