Una fuente importante de actividad para el taller son
los vehículos que les derivan las aseguradoras. Sin embargo, con frecuencia se
encuentran con el dilema de a quién devolver las piezas sustituidas después de
la reparación: ¿a la compañía de seguros o al dueño del coche?
En términos generales, la ley establece que cuando un
taller realiza alguna reparación a quien debe presentar el vehículo y las
piezas sustituidas es al cliente, salvo que éste manifieste lo contrario. Pero,
en este caso concreto, cabe preguntarse: el cliente, ¿es el propietario del
automóvil o la aseguradora?
Si nos fijamos en la Ley de Contrato del Seguro,
aunque no aclara quién debe quedarse con las piezas cambiadas, sí señala que es
ilegal que el asegurado se enriquezca a causa de la indemnización de un
siniestro.
Esto nos da a entender que las piezas le corresponden
a la aseguradora. Si se las quedara el propietario del coche, se estaría
“enriqueciendo”, ya que su vehículo se ha reparado sin coste, pero recibiría
recambios que sí podrían reportarle alguna ganancia en el mercado de segunda
mano.
Además, se puede producir lo que podríamos considerar
un conflicto medioambiental. Si las piezas sustituidas contienen algún tipo de
residuo –aceites, filtros, etc.- y se entregan al cliente, se le está
trasladando una responsabilidad que le corresponde al taller, que es quien debe
cumplir con toda la normativa.
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