El camino hacia la
conducción automática hace tiempo que comenzó y cada vez son más los asistentes
que podemos incorporar a nuestros vehículos. Uno de sus destacados fabricantes
es Continental, que ya tiene en marcha la conducción del futuro. Para
implementar sus infinitos avances en automoción, trabaja sin descanso en el
circuito de Contidrom. Unas inmensas instalaciones situadas en Hannover en las
que no dejan de probar cada sistema, asistente o componente con el objetivo de
llevarlos a producción cuanto antes. Y nosotros lo comprobamos durante el
TechShow organizado por la marca.
Los sistemas de frenada
automática en caso de emergencia son una de sus prioridades y Continental ya
tiene desarrollados varios asistentes que funcionan de forma fiable en
diferentes vehículos de pruebas. En situaciones reales de conducción, el
sistema detecta peatones, ciclistas y otros vehículos para responder al
instante ante cualquier imprevisto. Una capacidad de frenada puesta a punto en
la pista indoor del Contidrom, la llamada AIBA (Automatic Indoor Braking
Analyzer) que ensaya con coches a 150 km/h. Así es como en un futuro habrá
solución ante los despistes o fallos humanos que cuestan numerosos atropellos
en ciudad o colisiones en carretera.
Pero la conducción
automática no solo consiste en frenar en caso de emergencia. Habrá un día en el
que no haga falta sujetar el volante ni pisar pedal alguno porque será el
propio vehículo el que, una vez en marcha, circule de forma autónoma
obedeciendo las señales de tráfico que se encuentre a su paso. Y así es como se
mueven los vehículos de prueba de Continental. Son capaces de mantener una
velocidad constante con distancia de seguridad por sí mismos, frenan en curvas
cerradas o ante límites de velocidad, aceleran cuando las condiciones lo
permiten y responden ante peligros imprevistos.
Para todo ello, cada prototipo
(modelos de BMW, Volkswagen, Ford, etc) está equipado con infinidad de
sensores, radares y cámaras desarrolladas por Continental que recogen y
transmiten toda la información necesaria. Estado de la carretera, proximidad de
objetos, posibilidad de aparcamiento (y posteriores maniobras controladas con
el smartphone desde fuera del vehículo), condiciones meteorológicas, señales de
tráfico, detalles de circulación y cualquier detalle que a muchos conductores
se nos escapan a diario.
Aunque hay más. Porque el
trabajo de Continental no acaba en amueblar el coche para que pueda recoger
toda esa información y moverse por su cuenta. El plan de la compañía es el
llamado 'e-Horizon' con el que todos los coches puedan estar conectados a
través de la nube para interactuar entre ellos y hacer posible un constante
intercambio de información actualizada. Así será como un vehículo avisará a
otro de lo que se va a encontrar 100 metros delante y posibilitar una reacción
a tiempo. Por ejemplo, nosotros evitamos una colisión frontal en carretera
cuando circulábamos detrás de un todoterreno que nos dificultaba la visión; él
mismo fue quien nos alertó del incidente al momento de encontrárselo.
Todas las cámaras y radares
(de varios rangos de visión y con diferentes acometidos) desarrollados para
alcanzar la conducción autónoma serán indispensables en los coches del mañana
por cuestiones de seguridad, pero sus beneficios también alcanzan temas de
sostenibilidad. Ya que, si un coche es capaz de conocer su recorrido, también
podrá maximizar el ahorro de combustible y las emisiones de CO2. Algo en lo que
Continental trabaja desde hace tiempo con el desarrollo de motores híbridos y
componentes que aumenten la eficiencia de futuros modelos, como conductos de
aire acondicionado, correas de distribución, cadenas, suspensiones, neumáticos
para coches híbridos o eléctricos y un sin fin de elementos 'verdes' pensados
por y para la ecológica.
Y como la conectividad es
una pieza fundamental en el camino hacia la automatización y los planes del
'e-Horizon', los dispositivos de infoentretenimiento de Continental también han
sido pensados para facilitar su uso a conductor y pasajeros incorporando un
diseño futurista. Cámaras interiores que sustituyen a los retrovisores y
aumentan el rango de visión, pantallas táctiles de última generación y diseño,
displays intuitivos o materiales sintéticos de alta calidad y bajo coste. Un
poco de todo que hará del habitáculo un mundo desconocido hasta ahora.
En definitiva, una extensa
lista de componentes y sistemas pensados para un futuro cada vez más cercano. Y
mientras esperamos a verlos en la producción en serie, nosotros podemos
confirmar que su implementación traerá consigo enormes beneficios para la
conducción. La cantidad de atropellos e impactos a gran velocidad que evitamos
en el asfalto de Hannover pueden dar fe de ello.
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